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Erika Olivera, la futbolista mexicana que brilla en Filipinas e inspira con su amor por Cristiano Ronaldo

TV Azteca | 06 Junio 2025 | 11:23
Desde Manila, la vibrante capital de Filipinas, Erika Olivera se ha convertido en una de las jugadoras más destacadas en el fútbol femenino asiático. Con raíces mexicanas, provenientes de una familia de Michoacán, esta joven futbolista está abriendo camino para el balompié en el sur de Asia, a la vez que se inspira en su ídolo, Cristiano Ronaldo.
 
Erika Olivera juega en la primera división de Filipinas con el Manila Digger FC, un club con solo siete años de historia. La jugadora mexicana de 21 años ha logrado conquistar un espacio importante en un país donde el fútbol femenino está en pleno crecimiento, desafiando las expectativas en un contexto deportivo desconocido para muchos.
 
En una entrevista, Erika compartió cómo su pasión por el fútbol se forjó desde temprana edad, jugando con sus primos y hermanos en Oregón, donde vivió de pequeña. A pesar de que en su pueblo no había clubes femeninos, su amor por el deporte nunca se apagó, impulsada por el apoyo de su familia. “Mis papás, los dos son de Michoacán; son mexicanos los dos. Yo nací acá en los Estados Unidos, en Oregón, en un pueblo chiquito de 15,000 personas. Ahí empecé a jugar con mis primos y mis hermanos, y allí nació la pasión, el amor por el deporte”, relató Erika.
 
Erika Olivera, que llegó a Filipinas sin expectativas claras, se sorprendió al ver cómo su carrera profesional despegaba en un lugar tan lejano. En cuanto al estilo de juego en Filipinas, mencionó que es distinto al que había experimentado en los Estados Unidos, destacando la rapidez y fuerza de las jugadoras asiáticas: “Las chicas de allá son más chiquitas, pero son más fuertes y rápidas”, explicó.
 
Inspirada por Cristiano Ronaldo, Erika estudió sus movimientos, regates y goles, buscando siempre mejorar y aplicar sus lecciones en el campo. Ahora, con la meta de jugar para la selección mexicana, Erika se siente orgullosa de representar a su país en una zona del mundo donde el fútbol femenino no tiene tanta visibilidad.
 
Erika Olivera sabe que está abriendo el camino para otras jóvenes, especialmente aquellas que, como ella, crecieron en lugares donde el fútbol femenino no era una opción. Su historia es un recordatorio de que los sueños pueden lograrse fuera de los caminos tradicionales. Con su ejemplo, inspira a futuras generaciones de niñas que no tengan miedo de seguir sus pasiones, sin importar el lugar donde nacieron.
 
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