La final de la Liga de Campeones no solo es decisiva para el PSG, sino también para su presidente, Nasser Al-Khelaïfi, una de las figuras más influyentes del fútbol global. Este partido podría coronar el sueño de Qatar de ver al club parisino, que posee desde 2011, consagrarse por primera vez en Europa.
Al-Khelaïfi no solo lidera al PSG. Es también presidente de beIN Media Group, que transmite la Champions en Medio Oriente y Asia, y de la Asociación de Clubes Europeos (ECA), con creciente peso en decisiones clave del fútbol europeo. Además, forma parte del comité ejecutivo de la UEFA y es funcionario del gobierno qatarí, lo que le otorga un alcance político, económico y deportivo pocas veces visto.
Su figura ha sido clave en momentos recientes, como el colapso de la Superliga europea, gracias a la negativa del PSG a unirse. Sin embargo, también ha enfrentado críticas por conflictos de interés, tensiones con dirigentes de la Ligue 1 como John Textor (Lyon) y causas judiciales en Francia y Suiza, de las que ha salido absuelto.
Ex tenista profesional y estrecho colaborador del emir de Qatar, su presencia en la final de Múnich podría representar el punto más alto de una carrera que combina deporte, negocios y geopolítica.