Durante semanas, su nombre rondó pasillos, redacciones y foros. Era el candidato ideal: probado en la liga, con carácter, proyecto claro y resultados que lo respaldan. Pero en el futbol mexicano, no todo es cuestión de gustos. También hay cláusulas, contratos y voluntades institucionales. Y ahí fue donde el sueño celeste empezó a diluirse.
La directiva de La Máquina hizo la tarea. Analizó perfiles, viabilidad económica, filosofía de juego. Y aunque Almada fue la primera opción, pronto se topó con una realidad concreta: la cláusula de rescisión con Pachuca es alta y negociar con Grupo Pachuca, complejo. Así de simple. Así de claro. Cruz Azul no va a entrar en una guerra de despachos para fichar a un técnico.
Hoy, la decisión está tomada. Vicente Sánchez dirigirá su último partido con el primer equipo este lunes, tras la final de Concacaf ante Vancouver. Pase lo que pase, ya hay un rumbo definido. El sucesor está visualizado, preparado, conoce el proyecto y lo espera en silencio.