En una mañana emotiva en el Vaticano, el SSC Napoli, flamante campeón de la Serie A, fue recibido en audiencia privada por el Papa León XIV, en un gesto que reafirma los lazos entre fe, deporte y comunidad. La delegación napolitana, encabezada por el presidente Aurelio De Laurentiis, compartió con el pontífice un momento cargado de simbolismo, humildad y reflexión.
Durante el encuentro, el club le obsequió al Santo Padre una camiseta del Napoli con el número 10 y el nombre “León XIV”, firmada por toda la plantilla, en honor a Diego Armando Maradona, ícono eterno de la institución.
“El campeonato lo gana el equipo”, destacó el Papa
León XIV, conocido por su sensibilidad hacia los valores deportivos y sociales, ofreció un mensaje centrado en el espíritu de unidad:
“Ganar el campeonato es un objetivo alcanzado al final de un largo camino donde lo más importante no es la hazaña. El campeonato lo gana el equipo. Y cuando digo ‘equipo’, me refiero a todos: jugadores, entrenador, cuerpo técnico y el club.”
En su discurso, el pontífice también advirtió sobre los riesgos de la excesiva comercialización del deporte profesional:
“Cuando el deporte se convierte en negocio, corre el riesgo de perder los valores educativos. Por eso hago un llamado a padres y responsables deportivos para que se vele por la calidad moral en el deporte competitivo.”
Además, subrayó el impacto que este título tiene para la juventud y la sociedad, al mostrar que el talento individual debe ponerse al servicio del bien común.
Una celebración que unió a toda Nápoles
La visita al Vaticano cerró un ciclo glorioso para el Napoli, que el lunes reunió a más de 200,000 aficionados en el paseo marítimo de la ciudad en una fiesta multitudinaria, con los jugadores recorriendo las calles en autobuses descapotables.
En medio del festejo, De Laurentiis generó expectativas al insinuar el interés por Kevin De Bruyne, mientras que toda la plantilla expresó su deseo de que Antonio Conte continúe como entrenador, aunque en Italia persisten los rumores de su posible regreso a la Juventus.
Como broche del encuentro, el Papa compartió una anécdota cercana:
“Felicidades también de parte de una señora que me hace la comida, Rosa, que es de Nápoles y me transmite sus felicitaciones como gran aficionada.”