La final de la UEFA Europa League fue un verdadero desastre para el Manchester United. La derrota por 1-0 ante el Tottenham Hotspur fue solo la punta del iceberg: lo más preocupante fue la explosión de un conflicto interno entre Alejandro Garnacho y el técnico Rubén Amorim, que podría sellar el adiós del joven delantero argentino al club de Old Trafford.

“Jugué toda la Europa League… y hoy, 20 minutos”: Garnacho, sin filtros

Garnacho, de apenas 20 años, no escondió su decepción tras el partido. En la zona mixta, lanzó una crítica directa: “Faltaron muchas cosas. Jugué todas las rondas, ayudé al equipo… y hoy solo veinte minutos. No sé”, dijo con tono de reproche. Ingresó recién a los 71 minutos, en reemplazo de Mason Mount, quien fue titular pese a haber tenido poca participación en el certamen.

Pero lo más revelador fue su respuesta sobre el futuro: “El partido influye, pero también la temporada en general y la situación del club… Ahora quiero disfrutar el verano y veremos qué pasa”. Un mensaje que suena más a despedida que a reflexión.

Amorim responde con dureza: “¿Quién falló en la semifinal?”

Lejos de apaciguar las aguas, el entrenador portugués eligió la confrontación. Cuando fue consultado por la suplencia de Garnacho, replicó con frialdad: “Es fácil hablar ahora”. Y luego fue más allá: “¿Quién falló una ocasión clara en la primera parte de la semifinal? Garnacho. Así es el fútbol”.

El cruce dejó en evidencia no solo una relación desgastada, sino también la ruptura total de los códigos internos del vestuario.

El entorno estalla: “Lo tiraron debajo de un colectivo”

El conflicto se trasladó rápidamente a las redes. Robert Garnacho, hermano y representante del jugador, publicó un contundente mensaje: “Trabajando como un profesional, ayudando en cada partido, marcando dos goles en las últimas finales, para jugar solo 19 minutos y ser tirado debajo de un colectivo. ¡Guau!”. Un misil directo a la gestión de Amorim.

Como si fuera poco, Alejandro había publicado días antes una foto de su gol en la final de la FA Cup ante el City, gesto que ahora parece más una señal de protesta que un recuerdo emotivo.

Un United sin rumbo ni liderazgo

El enfrentamiento entre Garnacho y Amorim es apenas un síntoma de una crisis mayor. El Manchester United cerró una temporada desastrosa: sin títulos, eliminado temprano en la Premier League y anclado en el puesto 16. Ni siquiera la llegada de Amorim, tras el ciclo de Erik ten Hag, logró enderezar el camino. El propio técnico evitó confirmar su continuidad, dejando la incertidumbre instalada en el club.

Garnacho, una de las pocas figuras rescatables del año, jugó como titular en 10 de los 15 partidos de la Europa League y fue clave en varias eliminatorias. Sin embargo, su exclusión táctica en la final y los roces con el entrenador podrían precipitar su salida.

¿Futuro lejos de Old Trafford?

Las señales son claras: declaraciones frías, publicaciones incendiarias y el silencio absoluto de la dirigencia. Garnacho tiene contrato, pero su entorno ya está evaluando ofertas. Con el respaldo de la Selección Argentina y su proyección internacional, suena como refuerzo deseado por varios clubes importantes de España e Italia.

En un equipo sin identidad, sin logros recientes y sin cohesión interna, Garnacho representa una joya difícil de sostener. Si el United no actúa con inteligencia, podría perder a una de sus piezas más valiosas para el futuro inmediato.