Dentro del marco de una de las Semifinales más emocionantes que se han vivido en los últimos años de la UEFA Champions League, el defensa italiano, Francesco Acerbi, se alzó como el gran héroe del Inter de Milán al anotar el agónico gol del empate ante el FC Barcelona.
Acerbi, con un espíritu inquebrantable
A la postre, dicho gol impulsó a que Il Biscione a alcanzar su séptima Final de la Copa de Europa. No obstante, Acerbi tuvo que superar brutales obstáculos para llegar hasta dicho momento. Sufriendo de indisciplinas ligadas al alcohol e incluso tener que vencer al cáncer en más de una ocasión.
Acerbi siempre ha tenido una fuerte conexión con la ciudad de Milán, pues nació en Vizzolo Predabissi, provincia de la ciudad de la Madonina y años después comenzó su carrera en el club lombardo Paiva. Más tarde, pasó a formar parte de equipos como Regina Calcio, Chievo Verona, AC Milan, Sassuolo, Lazio y finalmente Inter de Milán.
No obstante, fue precisamente durante su paso con los Rossoneri (2012/2013) que Acebri comenzó a tener problemas con el alcohol, lo cual empeoró considerablemente tras la muerte de su padre. Posteriormente, cuando firmó con el Sassuolo, el examen médico le dio la noticia de que tenía cáncer en uno de sus testículos y debía ser operado de inmediato.
¿El cáncer como una bendición?
Después de recuperarse de la operación y debutar con los Neroverdi, el cáncer regresó y lo mantuvo apartado de las canchas durante 1 año. Sin embargo, lejos de ver al cáncer como una perdición absoluta, Acerbi lo vio como una oportunidad para “despertar” y cambiar sus hábitos autodestructivos.
En entrevista con la Gazzetta dello Sport, Acerbi compartió: “El cáncer fue mi suerte, doy gracias a Dios por haberlo tenido. Un año después de mi enfermedad me desperté con un ataque de pánico. Comencé a pensar en todas las preocupaciones que les di a mis padres, en las oportunidades que había desperdiciado, las noches de excesos. Esa mañana tenía miedo de mi propia sombra. Empecé a ir a un especialista que me ayudó a superar mis miedos”.
"Sin la enfermedad habría acabado jugando en la Serie 'B' o, tal vez, me habría retirado. Por fortuna alguien de ahí arriba me amaba y me envió la enfermedad. Sin ella hubiera terminado muy mal. Nadie me hubiera salvado".
A un paso de la gloria europea
Francesco Acerbi es la viva imagen de una historia de superación y de encontrar la manera de poner la mejor cara ante la adversidad. Pues pasar de llegar ebrio a los entrenamientos del equipo a vencer en dos ocasiones a un cáncer muy agresivo requiere mucho valor. Mismo que hoy lo ha impulsado para ser campeón con el Inter y afrontar su segunda Final de Champions League con los nerazzurri.
