La prensa italiana, y en especial la prestigiosa revista AutoSprint, ha reaccionado con dureza tras el decepcionante desempeño de Ferrari en el Gran Premio de Miami. Las críticas apuntan tanto a los pilotos —Charles Leclerc y Lewis Hamilton— como a la gestión general del equipo, que parece inmerso en una profunda crisis técnica y organizativa.
En Italia, donde Ferrari se considera casi una religión al nivel del catolicismo, la frustración ha alcanzado un punto crítico. La actuación en Miami fue descrita como “una pesadilla” y “vergonzosa” por AutoSprint, que tituló su portada con un juego de palabras lapidario: “Cavallino decepcionante”, en referencia al emblemático caballo rampante del equipo.
A pesar de los séptimos y octavos puestos obtenidos en la carrera principal, el rendimiento del SF-25 quedó muy por debajo de las expectativas. El monoplaza retrocedió al quinto lugar en la jerarquía de competitividad, mientras que la gestión en pista dejó mucho que desear. Las quejas de Hamilton por la estrategia, su desgaste excesivo de neumáticos detrás de Leclerc, y las súplicas del monegasco en las últimas vueltas evidenciaron el caos en Ferrari.
Las dudas dentro del equipo no son nuevas. Ya durante la etapa compartida entre Leclerc y Carlos Sainz surgieron roces y diferencias estratégicas. Ahora, con Hamilton en la ecuación, la tensión se ha intensificado. En Miami, el británico se mostró más competitivo que su compañero y dejó clara su frustración:
“No voy a pedir perdón. Podría haber dicho cosas mucho peores por la radio”, dijo tras la carrera, molesto por las decisiones tardías del equipo.
Aunque Leclerc lleva una ligera ventaja en puntos (53 contra 41), Hamilton mostró un mejor rendimiento durante el fin de semana estadounidense, mientras el monegasco protagonizaba un accidente previo al sprint. Las sensaciones en la escudería están lejos de ser positivas.
¿Problemas con el SF-25?
La otra gran incógnita es el rendimiento del monoplaza. El SF-25 recibió un paquete de mejoras en Bahréin que incluía un nuevo suelo, buscando mayor equilibrio. Aunque en principio pareció haber mejoras —como el podio de Leclerc en Jeddah y el de Hamilton en el sprint de Miami—, el coche no ha logrado avanzar de forma consistente. Peor aún, equipos como Williams han comenzado a superarlos en pista.
Fred Vasseur, director del equipo, mantiene la esperanza con el inicio de la gira europea y los nuevos alerones delanteros que se introducirán en Barcelona. “Será un reinicio para todos”, afirmó, confiando en que la nueva directiva técnica pueda marcar un punto de inflexión. Sin embargo, muchos dudan de que estos cambios sean suficientes para revertir la situación.
Una imagen cada vez más deteriorada
El ambiente en Ferrari es sombrío. Las críticas llueven desde la prensa y los aficionados, y ni siquiera los pequeños detalles acompañan. Como símbolo de la situación, hasta Leo Leclerc, el famoso perro del piloto monegasco, fue visto refugiándose en el hospitality de Williams en Miami. Un gesto anecdótico, pero que refleja el desconcierto generalizado en Maranello.
