Rodrigo Huescas, lateral mexicano del FC Copenhague, enfrenta una condena de 20 días de prisión impuesta por las autoridades danesas, tras haber sido sorprendido conduciendo a más del doble del límite permitido en una zona urbana de la capital. A pesar de la gravedad de la infracción, la justicia danesa descartó su deportación y le impuso, además, una multa y la confiscación de su vehículo.
El hecho ocurrió el pasado 25 de enero, cuando fue detectado circulando a más de 100 km/h en una zona de 50 km/h en el muelle de Kalvebod, Copenhague. A raíz de esto, además de su tiempo en prisión, se le revocará la licencia de conducir y deberá pagar una multa de aproximadamente 20 mil pesos mexicanos.
En respuesta, el futbolista de 20 años emitió un comunicado en el que expresó profundo arrepentimiento por sus acciones, reconociendo el riesgo que implicó y las consecuencias emocionales para su entorno cercano. “Lamento profundamente lo ocurrido. Sé que hice algo potencialmente peligroso. Me duele saber que he puesto en riesgo a mis seres queridos”, declaró Huescas.
“¡Free Huescas!”: Afición respalda al mexicano
La noticia no pasó desapercibida para la afición del FC Copenhague. Un grupo de seguidores se reunió frente a las instalaciones del club para corear “Free, free Huescas”, como muestra de apoyo incondicional al jugador. El gesto fue captado en video y compartido en redes sociales, donde rápidamente se viralizó, recibiendo mensajes de apoyo desde México y Dinamarca.
Desde su llegada al club en julio de 2024, Huescas ha disputado 31 partidos y marcado un gol, convirtiéndose en un jugador querido por la afición. El club anunció que no impondrá sanciones adicionales, pero sí implementará medidas preventivas para evitar futuros incidentes similares entre sus futbolistas.
El caso de Rodrigo Huescas vuelve a poner en la mesa la responsabilidad que tienen los deportistas como figuras públicas, un tema que fue subrayado también por Karina Lorentzen Dehnhardt, vocera legal del Partido Socialista Popular, quien señaló que “la ley debe aplicarse con firmeza, sin importar el estatus social o la popularidad del infractor”.
