El debut del Liverpool como flamante campeón de la Premier League no fue el esperado. En la jornada 35, los Reds cayeron 3-1 frente a un Chelsea que no renuncia a su objetivo de clasificar a la próxima UEFA Champions League.
Desde el inicio, el equipo londinense aprovechó la relajación del conjunto dirigido por Arne Slot, quien había anticipado una rotación en su alineación. En el mediocampo, Wataru Endo y Curtis Jones fueron las principales novedades, aunque el equipo no logró imponer su ritmo ni solidez.
Apenas iniciado el encuentro, Enzo Fernández abrió el marcador para el Chelsea, que dominó las acciones ante un Liverpool vulnerable en defensa y sin profundidad ofensiva.
La tarde fue especialmente difícil para Jarell Quansah. El joven defensor marcó un autogol tras un mal despeje de Virgil van Dijk y, sobre el final, cometió un penal que Cole Palmer transformó en el tercer tanto para los locales. El atacante argentino rompió así su sequía goleadora, que se remontaba a enero.
Liverpool logró descontar con un cabezazo de Van Dijk en un tiro de esquina, para poner el 2-1 parcial, pero no fue suficiente para revertir el marcador ni cambiar la dinámica del encuentro.
Con esta victoria, el Chelsea suma tres puntos fundamentales en su lucha por alcanzar los puestos europeos, mientras que Liverpool, ya sin presión por el título, comienza a enfocar su atención en la reestructuración del plantel para la próxima temporada. Por ahora, su objetivo es cerrar la campaña con la mayor cantidad de puntos posible, con un techo de 91 unidades.