George Russell mostró una postura crítica hacia la FIA tras las recientes declaraciones de su presidente, Mohammed Ben Sulayem, quien aseguró en Instagram haber recibido “comentarios constructivos” de los pilotos que habrían motivado una posible revisión del polémico código de conducta.
Desde que se impuso esta normativa, que sanciona expresiones ofensivas, declaraciones políticas y otros comportamientos considerados inapropiados, los pilotos de Fórmula 1 han manifestado su descontento. La Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA) incluso envió una carta abierta el año pasado, la cual —según Russell— nunca fue respondida.
Ante el anuncio de Ben Sulayem sobre su intención de modificar el Apéndice B del reglamento, que impone sanciones que pueden alcanzar los 45.500 dólares, Russell se mostró tajante: “Las palabras no significan nada si no hay cambios reales”. El piloto de Mercedes, durante la previa del Gran Premio de Miami, subrayó que los corredores “quieren hechos, no intenciones”.
El código de conducta ha sido criticado también en otras categorías bajo supervisión de la FIA, como el Campeonato Mundial de Rally, donde se le considera excesivamente restrictivo.
La tensión entre Ben Sulayem y los pilotos no es nueva. Desde su elección en 2021, el presidente de la FIA ha protagonizado diversos roces con figuras como Lewis Hamilton, quien ha cuestionado públicamente su liderazgo. El siete veces campeón mundial fue claro cuando se le preguntó si Ben Sulayem contaba con su apoyo: “Nunca lo ha tenido”.
Hamilton, además, ha acusado a la FIA de falta de transparencia y responsabilidad: “Los fans necesitan poder confiar en lo que ocurre en el deporte”, dijo en su momento.
La polémica en torno al código de conducta se suma a otras decisiones controvertidas durante la gestión de Ben Sulayem, como el despido del director de carrera Niels Wittich justo antes del GP de Las Vegas. En medio de un año electoral para el presidente de la FIA —quien por ahora no tiene oponentes anunciados—, las críticas internas podrían pasarle factura.
Aunque Russell negó que haya existido diálogo real con la FIA desde la carta enviada el año pasado, reconoció que el tema fue tratado extensamente durante la reunión de pilotos en el GP de Australia. Aun así, insistió en que “es momento de aplicar sentido común” y pasar de las palabras a los hechos.
El propio Russell destacó que las reuniones regulares de pilotos con la FIA no han resultado especialmente productivas y lamentó que la GPDA —fundada en 1961 y reactivada en 1994— esté centrando su atención en asuntos políticos más que deportivos. “No es por lo que fue creada”, afirmó.
En la conferencia de prensa, Russell animó a su excompañero Hamilton a pronunciarse. El británico no dudó: “La GPDA está unida. Todos queremos trabajar con la FIA y mejorar el deporte. Pero hoy no tenemos un asiento en la mesa del poder, y eso debe cambiar”.