Tras casi tres meses sin pisar una cancha y con un hambre de gloria como quien busca revertir la imagen negativa que se generó, Jannik Sinner (1º del ranking ATP) habló con la televisión pública italiana, RAI, donde se refirió a como estuvo sobrellevando toda esta situación, durante la suspensión impuesta por la Agencia Mundial de Antidopaje por su doble positivo en clostebol en marzo del año pasado.
A la espera de su vuelta en el Masters 1000 de Roma, el italiano aseguró que "Poco a poco estoy volviendo al ritmo de entrenamiento real, entrenando con jugadores fuertes como Sonego para ver cómo estoy. A veces va muy bien, a veces hay un bajón en mi nivel y no sé por qué. Estoy con ganas de volver a la cancha. Extraño la adrenalina de la competición y estoy feliz de que esta fase ya esté terminando".
En medio del alboroto mediático por toda esta situación comentó como fue su reacción ante la noticia y el trabajo en equipo que lo ayudó a salir hacia adelante: "No sabía nada, pero enseguida supimos de dónde venían esos miligramos. Me costó aceptar estos tres meses: en mi cabeza sabía que no había hecho nada. Luego, con mi abogado, decidimos seguir por este camino, experimentamos esta dificultad durante todo un año. Siempre nos fijamos en los resultados, pero en la cancha durante este tiempo, no me sentía como debe sentirse un jugador. Ya no disfrutaba, pensaba en otras cosas".
"La suerte que tuve es que la gente que me rodeaba me ayudó mucho y creyó en mí, me apoyaron mucho en esos momentos. Hablo de mi equipo, de mi familia. Construí mi propia burbuja en la que nadie más podía entrar, eso me dio ganas de seguir y volver y prepararme bien para los Grand Slams", aseguró el joven de 23 años.
Lo que sí sorprendió de sus declaraciones fue la forma en la que sus colegas lo trataron cuando la noticia estaba a punto de explotar: "Recuerdo que antes del Australian Open de este año, estaba en un momento muy infeliz. No me sentía realmente cómodo en el vestuario ni en el restaurante. Los jugadores me miraban de forma diferente y eso no me gustaba nada. En ese momento pensé que vivir el tenis de esa manera era muy pesado".
"Sí", respondió a la pregunta sobre sí pensó "en dejarlo todo y renunciar". "...Siempre fui alguien que se lo tomaba en broma, pensé en tomarme un tiempo después de Australia", sobre la mirada de sus colegas.
A lo último y ya más relajado comentó cual fue la clave para que toda esa presión no le juegue más en contra: "Luego fue como fue, yo no quería que fuera así pero en el otro sentido fue bueno para mí. Tres meses es demasiado tiempo, pero una de las razones por las que no jugué en Rotterdam fue precisamente esa. Necesitaba un tiempo diferente, con amigos, dando prioridad a la gente que me quiere", finalizó.
Durante la segunda semana de mayo se dará comienzo al Masters 1000 de Roma (se podrá seguir por ESPN y DISNEY+) y con ello, la vuelta del número uno en su propia casa.