Seis años después de la recordada eliminación ante el Liverpool en 2019, el FC Barcelona regresó a unas semifinales de Champions League. En el camino quedaron proyectos fallidos, múltiples cambios y una profunda renovación en la plantilla. El rival de turno, sin embargo, no era uno cualquiera: el Inter de Milán, verdugo recurrente en los últimos años.

Los azulgranas llegaban animados tras conquistar la Copa del Rey y tras tres derrotas consecutivas del conjunto italiano, lo que hacía pensar en un escenario favorable. Pero el partido de ida dejó claro desde el inicio que la historia no iba a ser sencilla. A los 30 segundos, una internada de Dumfries por derecha terminó en una genialidad de Marcus Thuram, que con un taconazo batió a Szczesny para el 0-1. El plan de Simone Inzaghi funcionaba a la perfección.

A pesar del dominio territorial del Barça, las ocasiones no fluían con claridad. Ferran Torres desperdició dos chances y la única chispa llegaba por parte de Lamine Yamal, que encendía la ilusión en su partido número 100, aún siendo menor de edad. Pero en el minuto 21, Dumfries volvió a golpear, esta vez con una acrobacia que puso el 0-2 en el marcador.

Con el golpe anímico a cuestas, el equipo catalán encontró en Yamal su respuesta. Con una jugada brillante, digna de los mejores momentos de Messi, descontó con un gol de bandera. Poco después, Ferran Torres logró el empate tras una gran jugada colectiva iniciada por un pase milimétrico de Pedri y una asistencia de cabeza de Raphinha. El Estadio Olímpico estallaba, pero la alegría se enfrió con la lesión de Koundé. Lautaro también saldría tocado, aunque aguantó hasta el descanso.

La segunda mitad trajo cambios: Taremi por Lautaro y Araujo por Gerard Martín. El partido bajó su intensidad inicial, y el Inter buscó no encerrarse tanto. El Barça, por su parte, perdió fluidez. Un error de Szczesny en un córner permitió que Dumfries firmara su doblete, pero el empate volvió casi de inmediato gracias a un disparo lejano de Raphinha que, tras tocar el larguero, rebotó en Sommer y terminó en gol.

Ambos equipos buscaron el cuarto tanto con decisión. Lamine Yamal estuvo a punto de conseguirlo, pero el larguero volvió a negarle el gol. En un cierre trepidante, el Barça presionó hasta el final, dejando todo abierto para el partido de vuelta.