El japonés, ileso de un golpe espeluznante que asusta si lo comparamos con algunos de F1
Las 500 Millas de Indianápolis es la carrera más rápida del planeta y, por ende, la más peligrosa. Y una buena muestra de ello la vimos ayer, con un brutal accidente en un 'simple' test preliminar.
Lo protagonizó Takuma Sato, todo un doble ganador de la prueba, especialista en óvalos y veteranísimo en la IndyCar, cuando perdía el control de su RLLR en la curva 2 y se estrellaba contra las barreras SAFER destrozando el coche... pero sin sufrir ningún daño físico importante.
Sin embargo... eso no quita que los números del accidente sean realmente impactantes. El propio piloto japonés los compartió en su cuenta de Twitter... y ponen los pelos de punta.
Mucho más violento que el de Alonso en Interlagos
En el momento de perder el control de su coche rodaba a 233 millas por hora (375 km/h), una velocidad a la que es imposible responder si se pierde la adherencia. A partir de entonces era un pasajero y su destino era uno: el muro. Y el impacto contra las barreras de protección también dejó parámetros que impresionan.
Según la telemetría del coche del japonés el impacto lateral se produjo con una fuerza de 94,5 G. Como referencia para los aficionados, el accidente más famoso de Fernando Alonso en Fórmula 1, aquel terrible impacto lateral contra el muro del circuito de Interlagos con el Renault R23 registró 60 G.
"Enormemente agradecido a la IndyCar, Dallara [el fabricante único de los chasisi] y el Indianápolis Motor Speedway por crear un entorno tan seguro. Sólo sufrí rasguños, estoy bien. Pido disculpas a mi equipo por el trabajo extra, pero volveremos más fuertes para las 500 Millas", escribió el japonés.
SAFER, las barreras salvadoras
Por suerte... la Indy 500 también es una de las carreras más seguras, al menos en relación con el riesgo al que se exponen sus protagonistas (con velocidades que, en clasificación, rozan los 400 km/h en algunos puntos del circuito). Las barreras SAFER (acrónimo de Steel And Foam Energy Reduction -acero) que cubren el perímetro de las cuatro curvas de la pista americana desde 1998 son lo más avanzado en tecnología, reduciendo el riesgo de lesiones graves en nada menos que un 75%.
De hecho, uno de los accidentes más violentos que el Indianápolis Motor Speedway ha vivido en los últimos años, el del canadiense James Hinchcliffe en 2015, registró 125 G. Aquel año el piloto estuvo cercano a la muerte... pero no por la capacidad de absorción de energía de las barreras, sino porque una pieza del monoplaza se introdujo en el chasis y le perforó la pierna a la altura de la cadera.