Después de una carrera repleta de reconocimientos individuales y múltiples finales perdidas, Harry Kane está a punto de dejar atrás la etiqueta de "eterno subcampeón". El delantero inglés podría coronarse campeón de la Bundesliga este mismo sábado con el Bayern Múnich.
Kane, que durante años brilló en el Tottenham sin lograr levantar un trofeo, se encuentra ahora a las puertas de su primer gran logro colectivo. El Bayern lidera la liga alemana con ocho puntos de ventaja sobre el Bayer Leverkusen, y con solo cuatro jornadas por disputar, el título podría sellarse este fin de semana si vencen al Mainz y su perseguidor no logra derrotar al Hoffenheim.
"Si soy yo quien marca un par de goles, lo aceptaré con gusto, pero si es otro, no me importa. Los logros individuales se valoran cuando todo termina", dijo Kane hace unas semanas, reflejando su mentalidad de equipo por encima del protagonismo personal.
A sus 30 años, Kane ha sido goleador en la Premier League y capitán de la selección inglesa, pero los trofeos se le habían resistido. Ha coleccionado medallas de segundo lugar en casi todos los frentes: la Champions League, dos Eurocopas, y un par de Copas de la Liga Inglesa.
En Tottenham, junto a su socio Son Heung-min, logró mantener al equipo competitivo pese a la evidente desventaja presupuestaria respecto a otros gigantes de la Premier. Su partida dejó un vacío evidente: el club ha caído desde su salida y su histórica sequía de títulos continúa.
A lo largo de su carrera, Kane también ha lidiado con momentos amargos, como la final de Champions perdida ante el Liverpool en 2019 —donde jugó lesionado— y la dolorosa derrota de Inglaterra ante Italia en la Eurocopa 2021.
Incluso su debut con el Bayern tuvo un sabor amargo: llegó como fichaje estrella en agosto de 2023, pero su primer partido terminó con la derrota ante el Leipzig en la Supercopa de Alemania. Poco después, el equipo también dejó escapar el título de la Bundesliga en una sorpresiva definición a favor del Leverkusen.
El cambio de vida fue grande: Kane dejó Londres, su club de toda la vida y el país donde creció futbolísticamente, por Múnich, una ciudad nueva y una liga distinta. Aun así, su adaptación fue veloz. A pesar de los retrasos para instalar a su familia —su cuarto hijo nació apenas una semana después de su fichaje—, el inglés ya toma clases de alemán y se siente cada vez más en casa.
En lo deportivo, su impacto ha sido inmediato. Kane ha sido el eje del ataque bávaro, al estilo de lo que fue Robert Lewandowski en su momento. Ha potenciado el rendimiento de figuras como Jamal Musiala y Michael Olise, y ha demostrado ser una máquina de goles: alcanzó los 60 tantos en sus primeros 60 partidos de Bundesliga, una cifra récord en la historia de la liga.
Para muchos, este título sería la recompensa merecida para un futbolista que siempre ha puesto al equipo por encima del lucimiento personal. "Nadie lo merece más que él", declaró Uli Hoeness, presidente honorario del Bayern, a la cadena Sky.
Si nada se interpone, Harry Kane por fin alzará el trofeo que tanto ha buscado. Y lo hará, como siempre, sin perder la humildad.
