La lucha del Leganés por mantenerse en pie esta temporada está siendo titánica. Este fin de semana, el conjunto pepinero volvió a demostrar que no se rinde, empatando 1-1 ante el Girona en un partido que jugó con un hombre menos durante más de una hora. Un gol de Munir en el tiempo añadido rescató un valioso punto que puede ser crucial en la lucha por la permanencia.
El partido en Butarque enfrentaba a dos equipos en crisis de resultados. Desde la jornada 20, solo el Valladolid ha sumado menos puntos que el Girona, que llegó al duelo con apenas seis unidades en ese tramo. El Leganés, con 10 puntos en el mismo periodo, tampoco llegaba mucho mejor. Ambos equipos, además, destacan por su falta de gol.
El Girona golpeó primero gracias a dos de sus veteranos: Portu y Stuani. Portu fue clave desde el inicio: provocó la expulsión de Cissé a los 18 minutos al ganar la espalda del defensor y ser derribado cuando se encaminaba solo al área. Roja directa y el Leganés se quedó con diez. En la segunda mitad, Stuani culminó un buen centro del propio Portu para adelantar a los visitantes con un cabezazo letal.
Pese a la inferioridad numérica, el Leganés no bajó los brazos. Con más corazón que fuerzas, logró arrinconar a un Girona que no supo cerrar el partido. Los cambios de Míchel llegaron tarde y no lograron controlar el empuje local. Al contrario, los de Borja Jiménez, con varios cambios ofensivos, terminaron volcados en ataque.
Ya en el tiempo añadido, una pérdida de balón del Girona permitió una contra rápida por la banda derecha. Duk centró atrás y Munir apareció para empatar, desatando la euforia en Butarque. El Lega pidió incluso varios penaltis antes del empate, pero fue esa última jugada la que hizo justicia al esfuerzo de todo el equipo.
El empate no deja completamente satisfecho a ninguno, pero anímicamente significa mucho más para el Leganés. El equipo demostró una resiliencia admirable y manda un mensaje claro: va a pelear hasta el final.