Osasuna continúa alimentando su ilusión europea con una racha que invita a soñar. El conjunto rojillo logró su tercera victoria consecutiva al imponerse por la mínima (1-0) a un Sevilla que atraviesa un complicado momento. El gol de la victoria lo firmó Rubén García en El Sadar, haciendo vibrar a una afición que empieza a vislumbrar el regreso a competiciones europeas, algo que no ocurre desde hace 19 años.
El equipo andaluz arrancó el encuentro con iniciativa y dominio del balón. Dodi Lukebakio lideró los primeros compases, encontrando espacios entre líneas para generar peligro. Una de las mejores oportunidades del Sevilla fue para el joven Hormigo, que tras una buena internada en el área no supo definir con acierto.
Osasuna, algo atado en los primeros minutos, fue soltándose poco a poco hasta encontrar el camino al gol. Rubén García transformó con maestría una falta cercana al área, colando el balón por la escuadra y desatando la locura en las gradas.
El partido se torció aún más para los visitantes cuando Lukebakio vio la roja directa pasada la media hora, tras un forcejeo con Catena que el árbitro interpretó como agresión. En el último minuto del primer tiempo, el colegiado también expulsó a Ibáñez, aunque tras revisar el VAR, rectificó y anuló la tarjeta roja.
Con ventaja numérica y en el marcador, Osasuna salió a por más en la segunda mitad. La entrada de Bryan Zaragoza revitalizó al equipo, que puso a prueba varias veces a Nyland. El Sevilla, aunque con más empuje que ideas, logró generar algo de peligro en balones parados, especialmente con remates de Agoumé y Pascual.
En los minutos finales, la tensión creció en ambos bandos. Sergio Herrera salvó el empate con una gran parada tras un cabezazo de Saúl, y Peque tuvo una última oportunidad ya en el descuento, pero su disparo se marchó desviado.
Con este triunfo, Osasuna afianza su mejor momento de la temporada y mantiene vivo el sueño europeo, mientras que el Sevilla sigue sin encontrar el rumbo bajo el mando de Joaquín Caparrós, acumulando ya seis partidos sin conocer la victoria.