Para muchos jugadores universitarios, el Draft de la NFL representa el cumplimiento de un sueño: escuchar su nombre en boca del comisionado Roger Goodell. Pero ese momento no es el final del camino, sino apenas el comienzo de una carrera llena de desafíos.
A lo largo de los años, estos atletas han invertido tiempo, esfuerzo y pasión: largas sesiones de entrenamiento, revisiones de video, recuperación de lesiones y sacrificios personales. Todo con la esperanza de llegar a la liga más competitiva del mundo.
Mientras los jugadores seleccionados en la primera ronda obtienen contratos millonarios, la mayoría deberá demostrar su valor desde cero. En los meses previos al draft, los prospectos se enfocan en el combine, entrenamientos personalizados, visitas con equipos y entrevistas que pueden definir su destino.
Jugadores como Kyle Williams (Washington State), Jonah Monheim (USC) y Tory Horton (Colorado State), entrenaron en el centro de rendimiento de Excel Sports Management en California para llegar preparados. Todos proyectan ser seleccionados entre la segunda y quinta ronda, aunque algunos incluso podrían quedar fuera del draft y buscar una oportunidad como agentes libres.
“He trabajado muchas horas, noches sin dormir, y nunca sabes qué puede pasar. Solo queda confiar y esperar lo mejor”, comentó Kyle Williams, quien registró 1,198 yardas y 14 touchdowns la temporada pasada.
Para Williams, el fútbol también es un camino para cambiar su vida y la de su familia:
“Significaría quitarle un gran peso a mi mamá. Poder ayudar a mis hermanos, motivarlos. Sería un sueño hecho realidad”.
Tory Horton, tras superar una lesión en su último año, se proyecta como selección de tercera o cuarta ronda.
“Esto te moldea como persona. Terminar la universidad y enfocarte en lo que amas es una gran ventaja”, explicó.
Jonah Monheim, por su parte, enfrenta un camino más complicado, con pronósticos que lo colocan en las rondas finales o como agente libre.
“Será un momento increíble para mí y todos los que me han acompañado en este proceso”, dijo.
El draft es solo el primer paso. Para estos jóvenes, la verdadera batalla comienza al integrarse a un equipo, ganarse un lugar y construir una carrera. La NFL les ofrece la posibilidad de transformar sus vidas, pero para ello deberán seguir demostrando su talento, carácter y perseverancia.
