El futbol está de luto tras la muerte de Leo Beenhakker, histórico entrenador neerlandés que falleció este jueves a los 82 años. Su legado se extiende por grandes clubes europeos como Real Madrid, Ajax y Feyenoord, y también por el futbol mexicano, donde dejó una huella en equipos como Chivas y América.
Reconocido por su disciplina y estilo meticuloso, Beenhakker conquistó tres títulos de liga con el Real Madrid y cuatro más en Países Bajos. En México, tuvo tres etapas, dos de ellas con el Club América, siendo precisamente en su última estancia cuando marcó el inicio de la carrera de un joven arquero: Guillermo Ochoa.
El 15 de febrero de 2004, Beenhakker confió en el entonces juvenil para debutar en Primera División frente a Monterrey. Años después, ese gesto sigue siendo uno de los más significativos en la carrera del arquero mexicano.
Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, Ochoa compartió un emotivo mensaje en redes sociales:
"Hoy se fue alguien muy importante en mi vida… me duele el alma. Gracias, míster Leo Beenhakker, por confiar en mí cuando apenas comenzaba, por darme la oportunidad de debutar y por apoyarme en mis primeros pasos como profesional. Tu visión, tu experiencia y tu confianza marcaron el inicio de mi camino y dejaron una huella profunda en mi carrera y en mi vida. Siempre estaré agradecido contigo. Descansa en paz, míster."
Así, Guillermo Ochoa rindió homenaje a quien lo impulsó en sus primeros pasos, reconociendo la influencia decisiva de Beenhakker en su trayectoria como futbolista.