Tras una jornada de Champions con alto voltaje —el Arsenal arrollando al Madrid y el Inter sacando un triunfo épico en Múnich—, era el turno del Paris Saint-Germain. Ya campeón de la Ligue 1, el equipo de Luis Enrique recibía a un Aston Villa en estado de gracia en la Premier League, con el claro objetivo de encaminar la eliminatoria en casa. Y vaya si lo logró.
Con un Parque de los Príncipes encendido, el PSG tomó el control desde el arranque. Dominio total, presión asfixiante y un Dibu Martínez que tuvo que multiplicarse para mantener con vida al equipo de Unai Emery. Dembélé arrancó con peligro, pero el protagonismo ofensivo se lo robaron dos nombres propios: Khvicha Kvaratskhelia y Désiré Doué.
El georgiano fue una pesadilla constante por izquierda, imparable en carrera y quirúrgico en cada regate. El Villa, agazapado, logró abrir el marcador en su primera llegada gracias a Morgan Rogers, en una ráfaga que heló París por unos segundos.
Pero la alegría inglesa duró poco. Doué, con apenas 19 años, empató el partido con un golazo desde fuera del área, y ya en el segundo tiempo, Kvara firmó una obra de arte para poner el 2-1 y desatar la locura en la capital francesa. Achraf Hakimi marcó uno más, pero fue anulado por fuera de juego.
El golpe final llegó en los minutos finales: Nuno Mendes, con un zurdazo, sentenció el 3-1 que deja al PSG con medio boleto a semifinales. El Villa, competitivo pero superado, tendrá que apelar a la épica en Birmingham.