El FC Barcelona enfrenta nuevamente un verano lleno de incertidumbre económica. LaLiga ha comunicado que el club no cumple con el Fair Play Financiero para la próxima temporada, lo que limita severamente su capacidad para fichar. Aunque en enero parecía haber salido de esta situación, una operación no validada ha hecho que el club regrese a una posición delicada.
El problema gira en torno a la venta de los palcos VIP del Camp Nou, una operación estimada en 100 millones de euros. Aunque en principio parecía concretada, no fue incluida en el informe financiero entregado a LaLiga, debido a que el nuevo auditor del club no la aceptó. Como consecuencia, esa cantidad desapareció del balance y el Barça volvió a perder su margen salarial.
Esta situación pone en riesgo la inscripción de jugadores como Dani Olmo y Pau Víctor, aunque el CSD haya permitido su registro por razones vinculadas al derecho laboral y no al control financiero.
Para que el Barcelona recupere la regla 1:1 —que le permitiría fichar por el mismo monto que vende—, debe acreditar la efectividad de la venta de los palcos y recibir íntegramente el dinero antes del 30 de junio, fecha en que cierra el ejercicio fiscal. Si no lo consigue, Deco y Hansi Flick tendrán muy poco margen para reforzar la plantilla, salvo que se concreten ventas importantes.
A pesar del contexto, las renovaciones de piezas clave como Ronald Araújo, Pedri, Gavi e Íñigo Martínez están aseguradas, ya que fueron tramitadas cuando el club contaba con margen de maniobra. LaLiga confirmó que esos contratos no pueden ser revertidos.
El mayor obstáculo ahora es convencer a nuevos refuerzos. Ante la incertidumbre financiera, muchos jugadores podrían optar por clubes con mayor estabilidad, como ha ocurrido en ventanas de fichajes recientes, en las que el Barça ha tenido que esperar hasta el último momento para inscribir a sus incorporaciones. Deco, sin embargo, ya conoce bien este escenario.