La final de la Concacaf Nations League entre México y Panamá fue interrumpida durante los últimos minutos luego de que la afición, en su mayoría mexicana, realizara el grito homofóbico dirigido al portero rival en el SoFi Stadium.
La conducta discriminatoria comenzó a escucharse en el segundo tiempo y, aunque en un principio no fue tan intensa, fue incrementando hasta que el árbitro guatemalteco Mario Escobar aplicó el protocolo de la Concacaf. Tras una tercera reincidencia, decidió suspender el encuentro por cinco minutos.
El partido se encontraba empatado y la tensión en las gradas era evidente. Algunos sectores del público reaccionaron con el grito reprobando el desempeño de la Selección Mexicana, que ya ha sido multada y sancionada anteriormente por esta conducta.
Pese a que se trataba de una final, y aunque existía la posibilidad de que el partido no continuara si persistía la conducta, tras la breve suspensión se reanudó el juego. Posteriormente, Raúl Jiménez anotó el penal que le dio la ventaja al Tri y el encuentro se extendió con seis minutos adicionales sin nuevos incidentes.
Hasta el momento, no se ha confirmado si Concacaf impondrá alguna sanción a la Selección Mexicana por el grito homofóbico. Cabe recordar que esta conducta ya ha provocado multas económicas y vetos en el pasado, como ocurrió durante la eliminatoria rumbo a Qatar 2022.
En medio de la celebración por el título, la Federación Mexicana de Futbol deberá esperar el informe oficial del organismo para conocer si habrá consecuencias en futuras competencias.