La pelea inició de manera tranquila, con ambos púgiles concentrados en plantear su estrategia. Se intercambiaron golpes iniciales buscando desgastar al rival y abrir las altas defensas de dos peleadores que, pese a la inactividad, demostraron estar en buena forma.
Para el tercer asalto, Misael Rodríguez comenzó a destacar, mostrando su poder con golpes contundentes sobre Omar Chávez, quien se mantenía a la defensiva y cedía terreno ante el medallista olímpico de Río 2016.
En el quinto asalto, Omar finalmente conectó un sólido jab que impactó en el rostro del "Chino". Sin embargo, Rodríguez demostró su experiencia al salir de las esquinas y llevar la pelea al centro del cuadrilátero, donde se sentía más cómodo intercambiando golpes.
Hacia el sexto round, el desgaste en Omar, conocido como el "Químico", era evidente. Rodríguez dominaba con su potencia y experiencia, mientras su rival lucía algo lento y pesado, priorizando el poder de sus golpes por encima de una estrategia más calculada. En el octavo asalto, Chávez logró equilibrar un poco la acción, aunque los estragos físicos de la pelea comenzaban a hacerse notar. A esas alturas, parecía que la victoria dependería del poder de definición de cada contendiente.
Para el noveno round, el público de la Arena mostró su apoyo total al "Chino", quien se veía más completo sobre el ring, aunque carecía de la contundencia de Omar. Pese a esto, Chávez siguió luchando hasta el final, dejando que el veredicto quedara en manos de las tarjetas de los jueces. Al final, por decisión unámine, Misael se llevó una merecida victoria, ya que fue el mejor, dejando su carrera para un gran impulso y, como declaró al final de la contienda, va por un título del mundo.