El presidente del Cavallino Rampante desató críticas al lucir tenis de una marca rival durante la bienvenida al siete veces campeón de Fórmula 1.
La primera foto de Lewis Hamilton en las instalaciones de Ferrari, en Maranello, generó revuelo por un detalle inesperado. Durante el evento, el presidente de Ferrari, John Elkann, capturó la atención no por sus palabras o gestos, sino por el calzado que eligió: unos tenis de la marca Adidas. Este descuido podría costarle a la escudería millones de euros debido a su relación con Puma, patrocinador oficial del equipo.
En la fotografía oficial, Hamilton lució un elegante traje con un abrigo de tres cuartos, posando frente a un Ferrari F40 Rosso Corsa en un icónico escenario que reflejaba la elegancia italiana. Sin embargo, John Elkann apareció con un traje acompañado de tenis Adidas, lo que rápidamente encendió las alarmas en el departamento de imagen de Ferrari. Aunque la imagen fue eliminada de las redes oficiales, otras cámaras captaron el momento, perpetuando el error.
Este desliz resulta especialmente delicado porque Puma, patrocinador de Ferrari desde 2005, también viste al equipo rival de Mercedes, la escudería de la que Hamilton formó parte hasta 2024. La alianza entre Ferrari y Puma se renovó en 2023 bajo un acuerdo millonario que incluye el suministro de ropa, calzado y accesorios para el equipo de Fórmula 1.
La asociación entre Ferrari y Puma es una de las más emblemáticas en el automovilismo, consolidándose a lo largo de casi dos décadas. Aunque los detalles financieros de su renovación no se han hecho públicos, se estima que el contrato representa decenas de millones de euros por temporada. Este tipo de acuerdos refuerzan la identidad visual y comercial de la escudería, lo que hace aún más grave la aparición de un producto de una marca rival.
El uso de los tenis Adidas por parte de Elkann no solo representa un desliz en términos de imagen, sino también un golpe a la relación con su patrocinador. Este tipo de incidentes puede generar tensiones significativas, especialmente considerando la competencia directa entre Adidas y Puma, ambas marcas con profundas raíces alemanas y una larga historia de rivalidad.
Aunque Ferrari intentó minimizar el impacto eliminando la imagen, el daño ya está hecho, y este detalle podría convertirse en un punto de fricción entre la marca italiana y su patrocinador. Sin duda, un recordatorio de que en el mundo del deporte de élite, cada detalle cuenta.