El sueño se acabó y de la manera más cruel, el Atlético de San Luis volvió a pagar derecho de piso en las semis y, aquello que tanto buscó evitar Torrent, se convirtió en la condena. El marcador fue contundente, un 5-1 (6-3 global), que apagó la ilusión, pero permite a los aficionados marcharse orgullosos de su equipo.
Así como se le aplaude su gran trabajo, también se reconocen sus problemas, Domenec Torrent Font fue clave en esta eliminatoria para bien... y para mal. Saltó al campo buscando defender, sentó a Salles-Lamonge, a Vitinho y salió sin centro delantero y con línea de cinco. El plan era obvio, resistir por 90 minutos ante un ataque lleno de talento.
Rayados salió a comerse al San Luis, fueron devastadores desde el arranque, pero no tenía la contundencia necesaria para hacer caer el arco de Andrés que, si bien no destacó como contra Tigres, pero era clave para mantener el 0 hasta el descanso. El equipo de Torrent Font cumplía su primer objetivo, hasta que llegó el segundo tiempo. Oliver Torres disparó de primera al 47, para abrir el marcador e igualar la eliminatoria.
Al 52, el Berte cazó un rebote que cedió Andrés para el 2-0. Parecía la debacle, hasta que Font hizo cambios, ingresó Vitinho para revolucionar el ataque, así como Bonatini, un gran villano en esta noche. El brasileño sacó 'agua de las piedras', cuando consiguió un penal al 75, tras una revisión eterna en el VAR. Disparó Lamonge, que salió de la banca para meter al equipo en la eliminatoria.
Bonatini falló una tijera cuando entraba solo al área, y el que perdona pierde. El joven Guillén cayó víctima de la presión y anotó un autogol al 82, que daba vida a Rayados en su peor momento. El resto, fue un castigo para San Luis. Al 84, Oliver se encontró con otro rebote y venció a Andrés para el 4-1; la fiesta la cerró Brandon Vázquez al 90. Fue un gran torneo, una enorme liguilla, pero una despedida que marca el camino a seguir para mantenerse arriba.