Rafa Ramos, analista ESPN Deportes Digital
Hace dos años, el 30 de noviembre de 2022, México quedó eliminado en la fase de grupos de la Copa del Mundo de Qatar. El más estruendoso fracaso desde el Mundial de Argentina ’78.
¿El futbol mexicano está realmente dispuesto a sanar y a ser sanado? ¿Está dispuesto a renunciar a todas aquellas manifestaciones de corrupción que le enferman? Difícilmente. Está más cerca de la eutanasia que de un resurgimiento.
Horas después de la tragicomedia en el Estadio Lusail, donde el Tri venció 2-1 a Arabia Saudita pero quedó eliminado en la fase de grupos, Yon de Luisa es urgido a improvisar una Conferencia de Prensa al lado de Jaime Ordiales “Son órdenes de arriba”, se explicó. Sí, de Emilio Azcárraga Jean.
El acto se efectuó en la sala de prensa del Estadio Al-Khor, un recinto asignado a la Selección Mexicana para atender a los medios de comunicación durante el Mundial. Sólo fue usado una vez, ese 1 de diciembre, para el adiós encanecido, vejado y avejentado del Tri. Uno más.
Ese día, cuando era de madrugada en México, Yon de Luisa, fresco, como si no fuera patrocinador y protagonista de la tragicomedia futbolera del Tri, soltó un discurso cargado de promesas. Un discurso teledirigido, ordenado, casi memorizado. Era necesario mentir al aficionado ante la mentira que había sido la Selección Mexicana en las canchas de Qatar.
LAS PROMESAS...
Yon De Luisa, ese 1 de diciembre, como marioneta con una verborrea tan falaz como ajena, prometió la reducción drástica de extranjeros; garantizó el fin de la Multipropiedad; se comprometió a regresar al Ascenso y Descenso; juró fortalecer económicamente a los clubes, reestructurar los multiniveles de selecciones nacionales y mejorar las condiciones de espectáculo en los estadios para la afición.
En los días subsiguientes, un discurso similar fue expuesto en las diferentes plataformas de Televisa. El recorrido empezó con Denise Maerker, siguió con Ricardo Peláez y terminó días después con otros presentadores de noticias. Había que convencer al irritado, rabioso, decepcionado, lloroso aficionado mexicano de que realmente se venía el gran cambio.
“En 60 días”, prometió Yon de Luisa, se terminaría un “concienzudo análisis y estudio” de los motivos del fracaso, y se entregaría un informe que incluiría medidas drásticas para llevar a cabo todo lo prometido. Atole con el dedo en la boca ávida de sangre y de patíbulo del aficionado mexicano, ansioso de ver cabezas rodar.
Sin embargo, dos años más tarde, nada ha cambiado con Juan Carlos Rodríguez al frente de la FMF. La Bomba es todo un Máster en Gatopardismo, esa doctrina política de “hacer cambios, pero para que nada cambie”. O para que empeore.
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Hay ya un tercer técnico nacional al frente del Tri, Javier Aguirre, tras cortar las cabezas de Diego Cocca y Jaime Lozano.
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La Multipropiedad se fortalece, incluso ante FIFA, que avaló al Grupo Pachuca para el Mundial de Clubes.
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El número de extranjeros se mantendrá por tiempo indefinido, sentenciado el tema por Mikel Arriola, presidente de la Liga MX.
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En convivencia con algunos medios, La Bomba aseguró que pronto finiquitarán el contrato con SUM y buscarán promover sus propios partidos. Sin embargo, el acuerdo vigente, incluye una cláusula de opción para un nuevo periodo de cuatro años, que le da prioridad absoluta a SUM, y que piensa ejercerla. Estados Unidos se separó de SUM y sus ingresos están proyectados para catapultar sus ganancias de 32 millones de dólares por año a 112 mdd.
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Y, lo más grave, en lugar de llevar seguridad a los estadios, se presentan más, y muy graves, explosiones de violencia en los coliseos, incluyendo balaceras, apuñalados, y hasta agresiones a paramédicos. ¿La FMF, la Liga MX y los clubes? Con su silencio prohíjan, fomentan esta barbarie
MUERTE ANUNCIADA...
En octubre de 2022, antes incluso del Mundial de Qatar, Juan Carlos La Bomba Rodríguez fue separado de la dirección general de TUDN. Bernardo Gómez le informó que debía prepararse para hacerse cargo de la Federación Mexicana de Futbol, porque Yon de Luisa se iría, ante el ya inevitable fracaso en Qatar, en cuanto concluyera el Mundial.
El 22 de febrero de 2023, De Luisa hace oficial lo que ya se sabía en Lusail desde aquel 30 de noviembre de 2022, y que sus jefes habían decidido desde octubre 2022: estaba fuera de la FMF, a pesar de que él, entre sus allegados, hizo difundir falazmente que era él quien renunciaba por incompatibilidad con el nuevo proyecto. Como premio de consolación le mantuvieron su representatividad ante FIFA. Una beca con muchos privilegios.
Juan Carlos La Bomba Rodríguez levantó la voz con energía en su primer acto público: echó a Diego Cocca luego de la humillación ante Estados Unidos en la Nations League 2023. Con él, expulsó a Ares de Parga, director deportivo del Tri, y cortó todos los tentáculos de tres grupos de la Multipropiedad: Azteca, Orlegi y Caliente, que pretendían manosear con intereses particulares a la Selección Mexicana.
La Bomba ungió a Jaime Lozano como técnico del Tri, y ganó una Copa Oro de la que desertaron Estados Unidos y Canadá enviando a sus párvulos. Sin embargo, Jimmy fracasó en la Copa América 2024, con el estigma de la misma Bomba Rodríguez en declaraciones descuidadas: “Déjalo que se corra él (Lozano) solo”.
El relevo natural, por amistad, por urgencia, por comodidad, aunque no por precio, llegó con Javier Aguirre, que consiguió vencer a Estados Unidos 2-0 en amistoso, y después clasificar ante Honduras con una victoria clara en el Nemesio Díez de Toluca. El Vasco trata de sacar agua a las piedras, algunas de ellas tan sólidas, ásperas y áridas como piedra pómez.
MANZANA ENVENENADA...
Por otro lado, La Bomba puso una manzana envenenada en la mesa de la #YuntaDeDueños (dixit Sven-Göran Eriksson). Prometió un Fondo de Inversión por mil 300 millones de dólares, que inicialmente aprobaron a ciegas los propietarios de equipos, pero después algunos intentaron detenerlo, y otros incluso boicotearlo como Monterrey y Grupo Pachuca.
Juan Carlos Rodriguez había prometido echar a andar este proyecto desde mayo de 2024. No fue posible. Los clubes se dieron cuenta que sus anomalías y huellas de dudosa administración honesta estaban expuestas.
Para la próxima Asamblea de Dueños (segunda semana de diciembre), se pretende ajustar los últimos detalles, porque hay aún algunos dirigentes que piensan que los 70 millones de dólares que recibirían, deberían ir a su bolsillo y no a mejoras de su estructura general.
Prueba de ello es la barbaridad de Víctor Velázquez, presidente de Cruz Azul, sobre esos 70 millones de dólares. “Nosotros no necesitamos dinero”, explicando que en Cruz Azul están bien financieramente, cuando ese capital deberán distribuirlo en fuerzas básicas y futbol femenil, o en la seguridad en el Estadio Azul, y además del supuesto nuevo estadio.
Todavía en estos días, la FMF está teniendo reuniones con directivos de diferentes clubes, incluyendo sus abogados, contadores y estrategas financieros, para que entiendan bien los objetivos del Fondo de Inversión.
La cruda realidad es que el proyecto se estancó debido al desdén de los dueños de equipos, al dar luz verde al plan global de desarrollo sin conocerlo y sin entenderlo. Dando palos de ciego, como ha sido siempre.
Y LA BUROCRACIA...
En esa Asamblea de Dueños, contemplada para la segunda semana de diciembre, se espera el anuncio de los tiempos de acción y ejecución del Fondo de Inversión, que todavía, sin embargo, debe recorrer un largo camino –al menos seis meses--, en busca de aprobaciones fiscales, financieras y de seguridad económica, a través de diversos departamentos del Gobierno Federal de México.
Por supuesto, primero deberá implementarse todo ese rescate, todo ese saneamiento financiero, para poder proceder con el resto de proyectos, por ejemplo, el FAN-Id seguirá sin ser eficiente, si los estadios de la Liga MX mantienen un servicio paupérrimo de internet.
De esa manera, aunque se presente formalmente el Fondo de Inversión en la próxima Asamblea de Dueños, aún pasarán meses para que se ponga en marcha el plan maestro, y los clubes deberán ser auditados y supervisados en el manejo de esos 70 millones de dólares. Cada centavo deberá ir a donde debe ir.
Mientras tanto, de acuerdo a confidencias de Juan Carlos Rodríguez, “si no lo echamos andar antes del 2026, con la fiebre del Mundial, todo se va a venir abajo”.
Esa es la realidad del futbol mexicano a dos años del fracaso en Qatar. Está más cerca de la eutanasia que de la resurrección.