Red Bull necesitaba un líder y Max Verstappen respondió.
A partir de Emilia-Romaña, el RB20 comenzó a dar problemas al no encontrar la configuración ideal, con fallas en la administración de neumáticos y la velocidad, y el equipo perdió puntos importantes.
El repunte de McLaren agravó la crisis porque sus dos pilotos siempre estaban en la zona de puntos, mientras que en la escudería de las bebidas energéticas Sergio Pérez estaba en un bache y sólo contaba con el neerlandés.
"Desarrolló una personalidad fuerte y fue un líder en esta difícil situación. Al final nos mantuvimos unidos y dijimos: 'Tenemos que ganar este campeonato, así que trabajemos juntos'.
"Fue Max quien ganó este campeonato, en la mitad de las carreras nuestro coche no era competitivo y aún así consiguió el máximo resultado. Ganó carreras cuando el coche no iba tan bien y era importante acabar quinto o sexto, cosa que hizo, así que utilizó su velocidad pero también su cerebro", reveló Helmut Marko, asesor de los austriacos.
La prioridad de Red Bull para el próximo año es retomar ese dominio de 2022 y 2023 para asegurar la estadía de "Súper Max" hasta 2028, como se firmó en contrato.
"Hay que darle un coche que vuelva a ser competitivo y entonces volverá a ser campeón", remató Marko.