Inter de Milán mantuvo este miércoles su condición de invicto en la Champions League con una victoria por 1-0 y aprovechando el penalti por mano cometido por el español Mikel Merino, condena excesiva para un Arsenal ineficaz en su esfuerzo por derribar el muro italiano, donde no paró de toparse con la defensa local para sucumbir por primera vez en Europa esta campaña.
Se dieron cita en el legendario Estadio Giuseppe Meazza dos de los equipos más en forma del futbol europeo. Llegaron al partido invictos, ambos con un empate y dos victorias en el bolsillo. Sin haber encajado gol en las tres primeras jornadas. Y con el recuerdo de su último enfrentamiento oficial, allá por 2003. Un 1-5 histórico, amargo para el Inter y reconfortante para los Gunners.
Fue un duelo intenso, con dominio repartido por momentos y que cualquiera pudo llevarse, pero en el que Arsenal tuvo más control. El empate, quizá, hubiera sido lo más justo, pero el descuido de Merino en la primera mitad, un brazo demasiado abierto para defender un centro, acabó siendo suficiente para que los italianos se tomaran su 'vendetta' personal y sigan invictos en Champions.
Tuvo un comienzo de duelo fulgurante el Inter de Inzaghi, que dejó en el banquillo a titulares como Acerbi, Bastoni, Dimarco, Thuram o Barella. En apenas 3 minutos asedió al Arsenal con dos ocasiones muy claras. Primero Dumfries, que estrelló un derechazo desde la frontal en el larguero. Y apenas unos segundos después, Calhanoglu probó fortuna desde la larga distancia.
Fue superior el Inter en esos primeros minutos, pero la siguiente media hora fue del Arsenal. Merino apareció dentro del área con un remate de cabeza que se fue por poco y en el que recibió un golpe de Sommer que el VAR no valoró como penalti. Dio alas esa acción a los de Arteta. Más metidos en el partido, controladores en San Siro, especialmente dañino con acciones a balón parado.
Una de las características de este Inter es que resiste bien la presión. Lo hizo en el mejor momento del Arsenal y acabó recibiendo recompensa en el ocaso del primer tiempo. Calhanoglu, que no falla un penalti en competiciones de clubes desde hace ocho años, alargó su espectacular racha engañando a Raya.
El gol aceleró al Arsenal en el segundo tiempo. Apretó el combinado de Arteta, rondó el área y exigió a Sommer. Especialmente en los últimos minutos. Dumfries tuvo que salvar bajo palo un saque de esquina envenenado. Y Bisseck apareció de la nada, lanzándose en plancha con su cuerpo para taponar el disparo de Havertz.
Los últimos minutos fueron un asedio total de los ingleses. Demasiado centro lateral. El Inter se defendió con autoridad y, con De Vrij y Bisseck imperiales por arriba, esquivó el resurgir del Arsenal para mantenerse, con 10 puntos de 12 posibles, entre los ocho primeros de la tabla, acercándose a los Octavos de Final de manera directa. Arsenal, con 7 puntos, se queda décimo segundo.