El futuro del Girona en la Liga de Campeones se complica aún más. El equipo dirigido por Míchel ha caído por tercera vez en la máxima competición continental y actualmente se encuentra fuera de las veinticuatro primeras posiciones que permiten pelear por la clasificación a la siguiente fase.
Hoy, el conjunto español visitaba Holanda para enfrentarse al PSV Eindhoven, un rival conocido por su intensidad en la presión. Los neerlandeses llegaban al encuentro con la misma necesidad de sumar, tras haber conseguido solo dos puntos en los primeros tres partidos.
Superioridad del PSV
El partido tuvo poca historia. Ryan Flamingo abrió el marcador tras solo quince minutos, y Malik Tilman sentenció prácticamente el encuentro en el minuto 32. El Girona no mostró su mejor versión, generando escasas oportunidades de peligro. La única nota positiva fue el desempeño de Miguel Gutiérrez, quien destacó con un nivel sensacional, actuando como un auténtico todocampista, aunque su esfuerzo no fue suficiente.
Las pocas esperanzas del Girona se desvanecieron al inicio de la segunda mitad, cuando Arnau Martínez fue expulsado a los diez minutos, dejando a su equipo con diez jugadores y facilitando aún más la tarea del PSV. A partir de ahí, los locales no levantaron el pie del acelerador, anotando dos goles más para sellar una contundente victoria por 4-0.
Esta derrota se suma a la caída ante el Paris Saint Germain (1-0) en la primera jornada y al tropiezo frente al Feyenoord (3-2) en la segunda, dejando al Girona con solo tres puntos obtenidos en el triunfo contra el Slovan de Bratislava (2-0). Ahora les esperan cuatro partidos de máxima exigencia (Sturm Graz y Milan fuera, Liverpool y Arsenal en casa), y el equipo de Míchel necesitará un cambio radical si quiere mantener vivas sus esperanzas en la Liga de Campeones.