El Real Madrid superó al Celta en Balaídos en una semana crucial de la temporada, siguiendo sus reglas más clásicas: un portero que salva goles clave, delanteros eficaces y un veterano como Luka Modric, que desatascó un partido complicado. Modric, con su experiencia, habilitó a Vinicius para sellar el triunfo. A pesar de que el Celta, sin Iago Aspas, mostró un fútbol admirable y generó mejores oportunidades, los canteranos no pudieron evitar la derrota.

Thibaut Courtois fue crucial, deteniendo un mano a mano ante Williot Swedberg al inicio del partido. El Real Madrid, bajo un esquema con tres centrales y carrileros, tuvo el control del primer tiempo, aunque sin la profundidad necesaria. Vinicius y Bellingham tuvieron opciones, pero no concretaron.

El Celta, dirigido por Giráldez, jugó sin complejos y puso en aprietos al Madrid, aunque extrañó a Aspas. Mbappé mostró su calidad con un gol desde 30 metros, pero el equipo de Ancelotti no fluía como ante Villarreal. Los celestes tuvieron un gol anulado y otras oportunidades, pero la claridad de Modric hizo la diferencia, asistiendo a Vinicius para el 1-2.

El Celta luchó hasta el final, con jóvenes talentos como Javi Rodríguez y Damián buscando el empate, pero Courtois volvió a salvar al Madrid. Douvikas tuvo la última gran ocasión en el 92', pero el balón se fue por poco. El Celta, aunque perdió, dejó una impresión positiva en su afición, consolidando la confianza en su entrenador a pesar de los resultados.