Artur Beterbiev se convirtió en el primer campeón mundial semipesado indiscutido desde Roy Jones Jr. (hace 24 años) con el triunfo por decisión mayoritaria (114-114, 115-113 y 116-112) sobre Dmitry Bivol. Beterbiev quebró los pronósticos y consiguió su primera victoria por decisión debido a que todos sus triunfos anteriores habían sido por la vía del nocaut.
A pesar que Bivol mostró un boxeo armonioso, danzarín, veloz, estratégicamente bien planteado y, hasta se tomó por momentos, el atrevimiento de intercambiar golpes ante un pegador, Beterbiev pudo girar el destino de la pelea en los asaltos finales.
El triunfo de Beterbiev es el reconocimiento a su valentía de nunca darse por vencido, de saber gestionar el combate y de su ambición por aceptar ganar o perderlo todo ante un oponente de mayor experiencia pero con menor edad. Bivol buscó prolongar la pelea en todo instante, sin embargo como si fuera un gran catador de emociones le regalaba momentos apasionantes al público, mientras Beterbiev de forma incansable buscaba cómo recortar la pelea.
En el primer asalto Bivol sorprendió cuando se quedó a disputarle el centro del ring a Beterbiev. Bivol estaba agresivo, marcando el jab para luego descargar golpes de poder. Beterbiev lo dejó exhibirse como todo cazador y, cuando encontró una brecha, soltó su mano derecha que hizo tambalear a Bivol.
En el segundo asalto Bivol fue más precavido. No comió el queso para no caer en la trampa, se mantuvo a la distancia, moviéndose constantemente para no ser un blanco fijo y evitó el intercambio, pero sorpresivamente en el tercero se olvidó de la pegada de Beterbiev y salió mejor librado del intercambio, logrando conectar su mano derecha en seco en el rostro del ruso-canadiense.
Beterbiev no se sentía cómodo. Tiraba muy pocos golpes en la búsqueda de ser preciso. En el quinto round Beterbiev empezó a presionar un poco más y golpeó al cuerpo para quitarle movilidad a Bivol. En el sexto Bivol empezó a mostrar síntomas de cansancio, mientras Beterbiev recortaba distancia y trataba de atraparlo en las cuerdas.
Era el tiempo de la administración de aire y ambos peleadores lo hacían muy bien. Bivol buscaba frenar el ímpetu de Beterbiev con sus desplazamiento, entretanto Beterbiev quería intensificar el castigo porque el tiempo se convertía en su enemigo.
En los tres asaltos finales Bivol se apegó a su estrategia, pero los jueces lo castigaron, eligieron a la iniciativa desesperada de Beterbiev en la búsqueda del nocaut para consumar la remontada. Aunque no fue un triunfo claro del ruso-canadiense recibió el premio mayor, llevándose los títulos y dejando a Bivol exigiendo una justa revancha.