El 31 de agosto de 2004 quedó grabado como una fecha memorable para los Pumas. En el estadio Santiago Bernabéu, el equipo mexicano logró una hazaña al vencer al Real Madrid 0-1 en la XXVI edición del Trofeo Santiago Bernabéu.

Este triunfo fue histórico no solo por el resultado, sino también porque marcó la primera vez que un equipo mexicano participaba en este prestigioso duelo.

El contexto de la victoria fue especialmente emocionante. Solo unos meses antes, en el torneo Clausura 2004, los Pumas habían ganado la Liga mexicana y el Campeón de Campeones de la Concacaf. La llegada a Madrid del equipo dirigido por Hugo Sánchez se percibía como el cierre de una temporada exitosa.

Hugo Sánchez, ídolo del Real Madrid y exjugador del club entre 1985 y 1992, regresaba a su antiguo hogar con la misión de vencer a su exequipo.

El momento decisivo llegó en el minuto 70, cuando Israel Castro, mediocampista de los Pumas, ejecutó un tiro con una precisión impecable: un disparo de derecha “de tres dedos” que se incrustó en las redes de la portería defendida por César. Este golazo selló el destino del partido.

Desde su inicio en 1979, el Trofeo Santiago Bernabéu había sido ganado por equipos europeos, pero aquella noche, un club mexicano se llevó la victoria.

El logro fue aún más significativo por el contexto histórico y el triunfal regreso de Hugo Sánchez al escenario de sus grandes victorias. El técnico de los Pumas no pudo ocultar su emoción: "Es algo inolvidable".

Para los aficionados de los Pumas, este triunfo fue un momento de orgullo y alegría, una validación de su éxito en el fútbol nacional y una prueba de que su equipo podía enfrentar a los gigantes del fútbol europeo.