Un paso importante. Toto Wolff se ha abierto públicamente y ha desvelado que durante estos años en la F1 ha sufrido muchos problemas de salud mental. Está en un cargo muy grande y tiene mucha presión encima, por lo que ha contado que ha tenido que trabajar y mucho para estar mejor con sigo mismo.
No es algo de extrañar, ya que en los últimos años, cada vez es más habitual ver a pilotos y deportistas de todo el mundo reconociendo que han sufrido estos problemas, que están en la sociedad. Además, en los deportes de élite tan seguidos como el Gran Circo, y con tantas presiones, no se hace raro el saber que tienen que afrontar con muchas situaciones muy difíciles y que necesitan de ayuda psicológica.
"Siempre busco ayuda. Siempre hice preguntas desde muy joven. Algunos días fueron tan malos que tuve que ir al psicólogo", ha confirmado Wolff en Sky Sports F1, asegurando que desde antes de entrar en la burbuja del motorsport ya era consciente de su situación. "He luchado mucho con estas cosas, durante meses no he sido capaz de tener un pensamiento claro, pero me di cuenta de que tiene muchas ventajas", ha reconocido.
"Yo lo llamo un superpoder. Es lo que quiero dar como esperanza a las personas que tienen problemas de salud mental", comentó. La F1 es uno de los deportes más ligados a los negocios y en él como jefe de un equipo recae casi todo, ya sea exigencias de patrocinadores, de rendimiento y de críticas en general.
Toto ha tenido que trabajar muchísimo para resolver estos problemas y aún a día de hoy sigue haciéndolo, porque ha encontrado el método que le funciona a él: "No hay un solo tratamiento en cierto modo que haya probado de hablar con psicólogos, terapia cognitivo-conductual porque me gusta simplemente optimizar en cómo puedo resolver el problema rápidamente. He hecho probablemente más de 300 o 350 horas de hablar", ha revelado.
"No rindo cuentas a nadie. Tengo un gran grupo de colegas y accionistas. Por supuesto, Susie Wolff ha sido una roca firme en los momentos en que yo no lo era. Lo interesante es que estas luchas en la vida real, cuando no estamos donde estamos con el coche, no mueve la aguja para mí en términos de dolor. Cero. Porque he estado en mucho peor", ha concluido.