Si hablamos de Novak Djokovic, hablamos de grandeza. El serbio ha conseguido todos los títulos habidos y por haber en el circuito ATP, tiene innumerables récords con su nombre y para muchos el cartel de 'mejor jugador de la historia'. Sin embargo, a 'Nole' le falta una cosa por conseguir que se le resiste cada cuatro años, y es el oro olímpico. Por unas cosas u otras, nunca ha podido subirse al cajón más alto del podio, algo que lleva en su mente desde hace 16 años.
En su debut en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 consiguió su única medalla hasta la fecha en esta gran cita, ganando a James Blake en la lucha por el bronce. En Londres 2012 perdió contra Murray en semis y contra Del Potro en la lucha por medallas, mientras que en Río 2016 volvió a perder con 'Delpo' en una de las derrotas más duras de su carrera. El serbio se retiró llorando de la pista en esa ocasión, sabedor de que ya le quedaban pocos intentos más.
Boris Becker, que viajó con él a esa cita en Brasil, reconoció la importancia de Djokovic para el país, afirmando que "podría ser presidente, podría ser cualquier cosa". Esto también supone una gran presión, presión que se le vino encima contra el argentino hace ya ocho años. "Perdió en la primera ronda y no se podía hablar con él durante los primeros días porque estaba desconsolado. Fue una de las mayores decepciones de su carrera. Ama a su país más que a cualquier otra cosa en el mundo y por eso estos Juegos Olímpicos serán tan importantes para él", reconoció Becker en su momento.
En Tokio 2021, Djokovic volvía a ser uno de los favoritos, e incluso llegó a ir un set arriba y break a favor en el segundo set contra Zverev en semifinales. Sin embargo, los fantasmas del pasado volvieron a pasar por su cabeza y acabó sucumbiendo de nuevo. En su mente impera el colgarse la medalla de oro, lo que le ha llevado a bajarse del cuadro de dobles en esta edición, por lo que no formará dupla con su compatriota Lajovic.
Esto lo hace debido a sus recientes problemas de rodilla, que no le impidieron jugar Wimbledon y llegar a la final pero sí pueden suponer un problema si no regula su carga física. Para 'Nole', estos juegos pueden ser su última bala para completar su palmarés, algo que sí han conseguido Nadal o Federer. A sus 37 años, la Philippe Chatrier será el escenario elegido para ver a Novak subir a lo más alto del podio o por el contrario acabar su carrera con esa espinita clavada. De hecho, Djokovic no se alojará ni en la Villa Olímpica, buscando tranquilidad de cara a su última gran misión.
Goran Ivanisevic, el que fuese su entrenador hasta hace poco, también ha reconocido que este es el objetivo número uno del serbio. "Le deseo de todo corazón el oro olímpico, incluso más que los Grand Slams. Es algo que él quiere, siente que lo tiene. Se lo debe a alguien, mientras que no le debe nada a cualquiera... Le deseo éxito en los Juegos Olímpicos", reconocía. En la recta final de su carrera, París será un 'todo o nada' para Djokovic.
