Con un gol en el último suspiro de un delantero y con la asistencia de un central, Italia logró este lunes su pase a los octavos de final de la Eurocopa 2024 ante Croacia, emulando el pase a la final del Mundial de Alemania en 2006 que a la postre acabó ganando. Riccardo Calafiori y Mattia Zaccagni se vistieron de Fabio Cannavaro y Alessandro Del Piero para calcar un gol que enloqueció a Italia.

Dos contextos muy diferentes, pero dos celebraciones igualmente a la altura de lo sucedido. En 2006 Italia optaba a todo, era una potencia futbolística y atemorizaba por Europa, pero las semifinales ante Alemania, en su casa, ampliaban la dimensión del partido. Ahora, aunque como campeona de Europa, Italia no es candidata y llegó a la tercera jornada de esta Eurocopa con opciones de quedarse fuera. Tanto que no fue hasta el minuto 98 cuando certificó su pase a octavos con una jugada para el recuerdo.

Un gol que hizo viajar en el tiempo a todo italiano y a los más devotos al fútbol. Concretamente al 4 de julio de 2006, en el Signal Iduna Park, casa del Borussia Dortmund, en el que se disputaron las semifinales entre Alemania e Italia, una especie de final anticipada. El empate a cero condujo el partido a la prórroga y allí Italia acabó imponiéndose. Marcó el 1-0 en el minuto 119 el heroico Fabio Grosso, un central llamado a tener un papel secundario que acabó siendo el protagonista indiscutible.

La 'Mannschaft' se volcó en ataque en busca del empate para ir a la tanda de penaltis y ahí emergieron los dos protagonistas de la historia. Portando el brazalete de capitán, líder de la defensa 'azzurra', Fabbio Cannavaro se impuso en dos duelos aéreos para el recuerdo que permitieron la aventura italiana a la contra.

Una salida con Alemania ya rota que acabó con el balón en pies Alessandro Del Piero dentro del área, pero con Jens Lehmman por delante. El delantero de la 'Juve' puso el interior de su pie derecho, apuntó al palo largo y volcó su cuerpo al lado contrario para darle comba y efecto al balón. Entró por la escuadra e Italia gritó de felicidad.

El 24 de junio de 2024 pasó algo muy similar en Alemania. El rival de Italia era Croacia y el escenario era el Red Bull Ring de Leipzig, pero la justificada alegría italiana llegó tras un gol decisivo prácticamente idéntico.

Porque fue Riccardo Calafiori el que, pese a estar "debutando" con la selección italiana, pese a tener solo 22 años y haber jugado en el Bolonia, el que, como Cannavaro en 2006, tomó las riendas en la última jugada del partido. Torneo consagratorio el de un jugador criado en el Roma cuyo camino hacia el primer equipo se vio frustrado por una rotura completa de su rodilla.

Tiró una pared en el centro del campo, se animó a internarse dirección al área, atrajo rivales, no le pesó la presión y no le quemó la posesión. Esperó al momento indicado y tomó la mejor decisión posible, abrir el pico del área a Mattia Zaccagni.

Allí, el jugador del Lazio se vistió de Del Piero y de héroe nacional. Definió de primeras, poniendo el interior de su pie derecho, apuntando al palo largo y volcando su cuerpo al lado contrario para darle comba y efecto al balón. Entró por la escuadra e Italia volvió a gritar de felicidad en Alemania.