El mundo del golf iniciaba este domingo una jornada de luto una vez que el sábado se conoció la noticia de que el jugador Grayson Murray, ganador este año de su segundo título del PGA Tour en el Sony Open de Hawai, había fallecido. El joven de Carolina del Norte estaba disputando esta semana el Charles Schwab Challenge, aunque decidió retirarse del torneo cuando estaba a punto de finalizar su segunda ronda.
Grayson de 30 años, venía de firmar en la primera jornada 68 golpes y decidió salir del campo tras jugar el hoyo 16. Había materializado tres bogeys seguidos (llevaba cinco en el día). Sin embargo, ni mucho menos fue una mala racha deportiva lo que hizo que Grayson abandonara el torneo. Sus padres han explicado a través de un comunicado que el golfista se quitó la vida.
Declaración en nombre de Eric y Terry Murray:
Hemos pasado las últimas 24 horas tratando de aceptar el hecho de que nuestro hijo se ha ido. Es surrealista que no sólo tengamos que admitirlo ante nosotros mismos, sino que también tengamos que reconocerlo ante el mundo. Es una pesadilla.
Tenemos tantas preguntas que no tienen respuestas.
Pero hay una.
¿Grayson era amado? La respuesta es sí. Por nosotros, su hermano Cameron, su hermana Erica, toda su familia, sus amigos, sus compañeros jugadores y, al parecer, muchos de los que ahora están leyendo esto. Fue amado y lo echaremos de menos.
Nos gustaría agradecer al PGA Tour y a todo el mundo del golf por su gran apoyo. La vida no siempre fue fácil para Grayson y, aunque se quitó la vida, sabemos que ahora descansa en paz.
Por favor respeten nuestra privacidad mientras lidiamos con en esta increíble tragedia y honren a Grayson siendo amables unos con otros. Si ese se convierte en su legado, no podríamos pedir nada más.
Gracias.
Sus problemas con el alcohol
Murray reveló muchos de los problemas que había padecido tras ganar el Sony Open. Entre otras cosas, habló de su adicción al alcohol y de un episodio durante el Open de México 2023: "Hice 79 golpes. Llegué a casa y tuve un ataque de ansiedad que duró cuatro días. Fue el peor sentimiento que jamás haya tenido; no quería volver a pasar por eso nunca y fue la última vez que tomé una copa".
