El Real Madrid tiene Champions para elegir. Es lo que tiene haber ganado 14, que pueden ser 15 en una semana. Al madridismo le costaría elegir una entre todas ellas. La Primera abrió la cuenta, la Quinta cerró un ciclo triunfal irrepetible, la Séptima tras 32 años, la Décima después de otra larga espera y ante el Atlético, la Undécima por la agonía, la Decimotercera por el triplete, la Decimocuarta por las remontadas... Una elección difícil.
Por muchos motivos la Champions conquistada por el Madrid en Lisboa el 24 de mayo de 2014 tiene algo especial. Y hoy cumple 10 años.
La Décima, entre otras muchas cosas, cambió la historia del Real Madrid. El equipo se presentaba a la final tras una larga travesía por el desierto continental que duraba 12 años. Tras lograr la Novena en 2002, el equipo cayó en desgracia en la Champions. El mazazo del Mónaco, la 'crisis de los octavos' que duró seis largos años y las tres semifinales de la 'era Mou' convirtieron la Décima en una obsesión.
Una trayectoria imparable
Una deuda que se saldó en la temporada 13-14, la primera de Ancelotti al frente del Real Madrid. El Madrid fue prácticamente un rodillo hasta la final. Cedió un empate en la fase de grupos, apabulló al Schalke en octavos (1-6 y 3-1), se llevó un susto en los cuartos tras golear al Dortmund en la ida (3-0) y sufrir en la vuelta (2-0) y puso patas arriba Múnich (0-4) en las semifinales tras ganar en el Bernabéu (1-0).
Y se presentó en la final que le acercaba más que nunca a la ansiada Décima. Y la ganó. Y abrió el camino a sus 'hermanas'. Porque la Décima impulsó el ciclo dorado de las tres Champions consecutivas y aún se deja sentir su efecto en la Decimocuarta y en la posible Decimoquinta. Porque fue un partido que cambió la historia. El rey de Europa volvería a reinar.
La Décima no llegó de cualquier manera a las vitrinas del museo del Bernabéu. Lo hizo ante el Atlético y de forma agónica, lo que dio más valor, pasión y emoción a la conquista. Por primera vez dos equipos de la misma ciudad disputaban una final de Champions. Lisboa fue Madrid durante unas horas y Real Madrid y Atlético alcanzaban la cumbre de su rivalidad en el estadio Da Luz.
La conquista de una Champions especial
El partido empezó con revés para el Atlético, que perdía a Diego Costa por lesión nada más echar el balón a rodar. El miedo se apoderó de los primeros minutos de la final. Ninguno quería arriesgar más de la cuenta y la igualdad imperaba. Sería una acción a balón parado la que rompería la igualdad a poco del final del primer tiempo. Casillas midió mal, Godín ganó el salto y el Atlético se adelantaba.
Ancelotti agita a su equipo al descanso y mete a Isco y Marcelo por Khedira y Coentrao. El Madrid mejora y domina, pero el Atlético es un muro y lleva a su rival al límite. Y ese límite fue el 92:48, cuando Ramos cabeceó un córner ejecutado por Modric y llevó la final a la prórroga en el último suspiro. Florentino Pérez se levantó de su asiento y el madridismo enloqueció. La prórroga fue un festival blanco ante un rival hundido. Bale (el 2-1 que provocó la mítica carrera de Xabi Alonso saltando desde la grada), Marcelo (3-1) y Cristiano llevaron el 4-1 definitivo al marcador.
El Madrid acabó goleando en una final que tuvo perdida. Pero aquel día el Madrid no sólo ganó la Décima, sino todas las que han venido detrás. Fue el 24 de mayo de 2014 y hoy se cumple 10 años.
