El Tottenham, salvo sorpresa mayúscula, terminará la temporada en puestos europeos, muy seguramente acreditándose una plaza de Europa League. En un año significativo tras la marcha de Harry Kane, gran capitán y estrella del equipo, el equipo ha vivido una temporada algo irregular pero que finalmente parece que terminará con balance postivo.
La salida del delantero inglés al Bayern dejó ‘huérfano’ a su gran aliado durante más de 8 años, Heung-Min Son. El surcoreano afrontó el reto de convertirse en la gran referencia ofensiva de un equipo en reconstrucción y no se ha abrumado ante tal situación. A falta de tres partidos para concluir la temporada, Son suma 17 goles y 9 asistencias, la segunda mejor temporada de su carrera a nivel de datos.
Su versatilidad y madurez futbolística lo han convertido en la gran referencia para Postecoglou en un año de transición que ha terminado con balance general positivo. Durante gran parte de la temporada ha ocupado el franco izquierdo del ataque para dejar a Richarlison la posición de referencia, aunque en varias ocasiones se ha ubicado como punta, por delante de jugadores verticales y rápidos al espacio como Kulusevski, Brennan Johnson o Timo Werner.
Futuro por determinar para Son
Pese a ser un jugador diferente y de gran peso en una liga como la Premier, el surcoreano no suele ser un jugador demasiado codiciado en los mercados de fichajes. Su buena posición dentro del club, su poco ruido mediático y la falta de competencia exterior para los sueldos del fútbol inglés pueden ser motivos más que suficientes para que no se sopese una salida.
Por otra parte, Son es un jugador muy atractivo para muchos proyectos que buscan una pieza ofensiva clave. A sus 31 años, está en un punto de forma física y mental excepcional que puede convertirlo en un recurso clave en proyectos que están aspirando a ganarlo todo y su gran año en una temporada algo complicada así lo avala.
