Javier Aguirre conoce el mundo del fútbol a la perfección. Cada vez que le hablaban de la final de Copa, él se refería a la Liga, donde tenía muy claro que no se podían despistar. Y eso es lo que ha sucedido por culpa de varios factores que han confluido en esta parte final de la temporada.
Es como si la maldición de la final de Copa del Rey, que el Mallorca perdió en los penaltis ante el Athletic, persiguiera al Mallorca en estos encuentros de Liga, ya que desde que se jugara uno de los partidos más importantes de la historia del club balear, sólo han podido conseguir un punto de 12 posibles, con tres derrotas y un empate.
Por suerte, el único punto que han logrado ha sido ante el Cádiz, su rival directo en la lucha por la permanencia, lo que ha permitido mantener esos seis puntos de ventaja. Es cierto que el calendario desde la citada final de Copa del Rey ha sido durísimo, ya que se han medido en casa ante el Real Madrid y el Atlético de Madrid, perdiendo los dos, y fuera de casa ante el Sevilla, con quien perdieron, y frente al Cádiz, con quien sacaron un punto que puede ser definitivo.
Un favor del Real Madrid
El Real Madrid les ha echado una mano con su victoria ante el Cádiz, pero el Mallorca es consciente de que necesita al menos seis puntos de los 12 que restan para asegurar la permanencia en Primera división y para eso debe hacerse fuerte en su estadio, donde tiene dos partidos clave, el primero ante Las Palmas y el segundo ante el Almería de César Montes.
Fuera de casa tiene dos salidas en las que también puede rascar algún punto, tanto ante Osasuna, que ya no se juega nada, como ante el Getafe. Lo que muchos en Mallorca esperan es que el equipo supere ya esa maldición de la final de Copa, que la superen y certifiquen la permanencia.
