Checo Pérez regresa a Miami, un sitio entrañable para el piloto mexicano por el apoyo que tiene desde la grada, pero también un lugar que le trae recuerdos amargos por lo que vivió hace un año, cuando llegaba lanzado a aquella carrera y todo dio la vuelta de una manera increíble. Fue el momento clave de la temporada para Checo... y Verstappen. Muchos todavía no se explican qué pudo pasar.
Sergio Pérez empezó la temporada 2023 de una manera espectacular. Hasta llegar a aquella quinta carrera en Miami llevaba dos victorias y era un auténtico quebradero de cabeza para Verstappen. Estaba peleando en esos momentos por ganar el Mundial, algo que no hacía gracia al entorno del campeón neerlandés ni tampoco a algunos miembros del equipo, tal y como demostraban con sus declaraciones una y otra vez.
En aquel Gran Premio de Miaimi Checo tuvo la pole en una clasificación espectacular, mientras que Verstappen acabó noveno por algunos contratiempos que se encontró en dicha clasificación. El mexicano, tras un inicio de temporada excepcional, parecía claro favorito para lograr otra victoria, la tercera, lo que supondría encabezar la clasificación del Mundial. Sin embargo las cosas no salieron como esperaba y Verstappen hizo una remontada increíble, acabando primero y Checo segundo. Un golpe duro para el mexicano por la tremenda ventaja que llevaba al inicio.
Desde ese momento todo cambió para Checo en las siguientes carreras, con un sinfin de contratiempos mecánicos y con un coche que ya no iba igual que en esas primeras carreras. La mala suerte también se cebó con él para alegría del entorno de Verstappen y de algunos en Red Bull. El mexicano dejó de ser un problema para Max, que arrasó a todos y logró otro Mundial en un paseo triunfal.
Una situación inexplicable para muchos porque Checo había empezado la temporada prácticamente al mismo nivel que Verstappen. Sin embargo en esas primeras carreras en las que peleó de tú a tú con Max vivió situaciones extrañas, como por ejemplo que el padre de Verstappen ni siquiera le felicitara tras ganar en Arabia Saudí, creando una tensión innecesaria en el equipo. También el desprecio en más de una ocasión de Helmut Marko, dejando muy claro que la gran apuesta de Red Bull era Verstappen y no Checo, al que insistía en que debía aceptar su rol secundario en el equipo.
Un antes y un después
Por eso el Gran Premio de Miami supuso un antes y un después para Checo en 2023. De ser el gran rival de Verstappen, pasó a ser otra vez su fiel escudero, el piloto que estaba para ayudar a ganar a su jefe de filas. Ahora Checo regresa con la ilusión de vencer en Miami, pero sabe que a día de hoy, salvo que le sucede algo extraño a Verstappen estos días, es casi una quimera. Su rol ya es el mismo que cuando acabó segundo en Miami en 2023. Red Bull lo quiere para estar detrás de Max.
