La imagen de Ayrton Senna, de cuya fatídica muerte en el circuito de Imola se cumple este 1 de mayo el 30 aniversario, siempre estará ligada a Honda. Primero, porque en la retina de los veteranos aficionados a la Fórmula 1 se le recuerda sobre todo a los mandos de varios McLaren propulsados por motores de esta marca. Y segundo porque el genial piloto brasileño ligó su imagen a la del deportivo NSX.
El Honda NSX fue un modelo con el que la marca japonesa se planteó ponerse a la altura de Ferrari y Porsche en cuanto a deportivos de calle. Contaba con un chasis monocasco de aluminio y bielas de titanio, y ofrecía un rendimiento de 290 CV que para aquella época (finales de los años 80) resultaba espectacular.
Encuentro crucial
Un día, los responsables del desarrollo de este modelo se encontraban en Suzuka, donde también estaba entrenando Ayrton Senna con su monoplaza, y le pidieron que probara el coche para darles su opinión. Al brasileño no le convenció en absoluto, así que hicieron el chasis un 50% más rígido, y meses más tarde, en posteriores pruebas, sugirió que hicieran cambios en la dirección y en el tarado de la amortiguación.
Con estos cambios realizados, el NSX ya en versión definitiva se inmortalizó en un glorioso vídeo con cámara dentro del coche en el que vemos a Senna pilotar con mocasines y calcetines blancos. Tenía poco estilo al calzar, desde luego, pero la lección de pilotaje que nos regaló quedó ahí para siempre.
Pilotando con mocasines
Como agradecimiento por su valiosa colaboración recibió tres unidades de NSX, una en rojo, y dos en negro. La unidad en rojo fue con la más se vio a Senna porque es con la que aparece en un documental que grabó unos años antes de su muerte.
Ahora es esta unidad de color rojo la que ha salido a la venta. Su dueño, Robert McFagan, vive en Reino Unido y fue él mismo quien se trajo el coche en 2013 de Portugal, donde lo tenía Senna. "Siendo yo mismo un gran fan de Senna, estuve encantado cuando pude poner mis manos en el NSX, que fue fabricado a la perfección y es una máquina elegante y potente para ofrecer una experiencia increíble en la carretera", ha reconocido McFagan.
Pero el británico vende el coche aprovechando la fecha redonda de la desaparición de Senna y por ello lo ha anunciado en el portal británico de coches Auto Trader. El coche, de 1991, tiene ahora 63.000 km y su dueño pide por él medio millón de libras (585.000 euros). Ni más, ni menos. Y es muy posible que alguien los acabe pagando.
