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Las 6 horas de Imola son para Toyota

Marca | 21 Abril 2024 | 14:16

Las 6 Horas de Imola de 2024 se recordarán durante mucho tiempo por haber deparado una de las carreras más complejas, intensas y locas de los últimos tiempos. Con accidentes, acción en boxes, climatología cambiante… y emoción hasta el el último minuto.

Justo el tipo de carrera que no necesitaba Ferrari, dominadora hasta mediado el domingo, y sí sus rivales. Aunque no por ello hay que quitarle mérito al triunfo de Kobayashi, De Vries y Conway en el Toyota #7 (como el año pasado, vuelve a robarle la victoria en Italia a los de Maranello) y a Porsche, que metió de nuevo a sus dos coches oficiales en el podio (y, por tanto, mantiene el mando del Mundial)… y no ganó de nuevo ‘de milagro’.}

Lío desde el mismo inicio

Las complicaciones empezaron ya desde el primer segundo, con dos incidentes (uno de ellos múltiple, con cuatro Hypercar implicados -un Peugeot, un Alpine, un BMW y el Isotta) antes incluso de que el pelotón llegara a la primera curva.

Hasta la aparición de la lluvia, a falta de algo más de dos horas para el final, Ferrari había controlado más o menos la carrera. Y decimos ‘más o menos’ porque se esperaba un paseo de los prototipos italianos… que no fue tal.

Es cierto que el #50 de Molina dominó el arranque, con Nicklas Nielsen al volante, pero el #51 de Giovinazzi le tomó el testigo ya después de la primera parada. La sustitución de la rueda trasera izquierda del coche del español, que tardó en coger la presión adecuada, le costó varias posiciones porque, mientras la carrera no enloqueció, las diferencias entre Ferrari, Toyota y Porsche no fueron exageradas.

Un momento caliente llegó justo tras el primer relevo de pilotos en Ferrari. Molina, que se subió al #50 en el segundo turno, aprovechó un error de Calado al doblar a un GT para meterle el morro. Los dos 499P lucharon rueda con rueda por el liderato durante casi una vuelta… provocando el run-run en las gradas del Enzo y Dino Ferrari de Imola.

Pero el momento clave de la carrera llegó justo después del ecuador, cuando el Toyota #7 (Kobayashi, Conway, De Vries), que se había mantenido siempre cerca de los Ferrari, empezó su ataque. Primero se acercó al #50 -que entonces rodaba segundo- y lo superó (con De Vries al mando), y después el muro le hizo parte del trabajo a Kobayashi.

Una lluvia de emoción

Primero le puso al frente eligiendo un mejor timing de paradas que Ferrari en un momento de Virtual Safety Car (ahí ya superó al #51) y después volvió a jugar mejor sus cartas con la climatología. Porque la lluvia amenazó durante media hora… hasta que empezó a caer con cierta fuerza, pero sin descargar del todo.

Toyota lo tuvo claro: paró a sus dos coches para poner neumáticos de lluvia y Porsche hizo algo inteligente: dividir estrategias con sus dos coches. El #6 (Estre, Lotterer, Vanthoor), ganador en Qatar y líder del Mundial, fue el que siguió los pasos de Toyota, mientras que el #5 imitó a los tres Ferrari, que se mantuvieron con los slicks esperando que fuese sólo un chaparrón.

Sin embargo… se demostró que esa era la estrategia equivocada cuando los prototipos italianos tuvieron que entrar cuatro vueltas (y más de 20 segundos perdidos) después. Y relegados al sexto, séptimo y octavo puesto. Un pozo del que sólo el #50 pudo salir a base de un sensacional pilotaje de Antonio Fuoco.

Parecía que Toyota aquí había hecho ya lo más difícil… pero tuvo que sudar el triunfo hasta el final. Primero, Kobayashi tuvo que gestionar la energía para evitar una parada corta final (su última detención fue a falta de más de una hora, en el límite) y después, contener al Porsche #6 en el último cuarto de hora. El prototipo alemán arrastraba una penalización de cinco segundos que se le aplicaría a su tiempo final, pero parecía tener más ritmo que el japonés.

Sin embargo, Kobayashi fue capaz de contenerlo (también gracias a un par de errores de Estre) y lograr el triunfo en toda su plenitud delante de los dos Porsche-Penske. Ferrari se tuvo que contentar con el cuarto puesto del #50 de Molina-Fuoco-Nielsen… que sabe a muy poco. Y más viendo el tremendo relevo final del italiano, de nuevo con la pista seca.

Suerte dispar para los españoles en GT3

En la categoría ‘pequeña’ (pero no por ello menos competida y apretada), las 6 Horas de Imola fueron una película muy distinta para los dos españoles inscritos en LM GT3.

Dani Juncadella (Corvette) nunca estuvo en la pelea, aunque el caos les permitió acabar en un octavo puesto final en el que no se vieron mientras la carrera fue ‘tranquila’. Álex Riberas, con el Aston Martin #27, estuvo siempre entre los top 5 y sólo en la hora final cedió el cuarto puesto para acabar quinto.

La suerte tampoco estuvo del lado de los italianos en GT3 porque el BMW #46 de Valentino Rossi, que estuvo en cabeza hasta la última hora y media, tuvo que ceder ante su compañero de equipo, el #31 de Farfus, Gelael y Leung después de penalizar con un drive through por adelantar bajo Safety Car. En esta categoría la lluvia también fue la kriptonita del gran dominador del fin de semana, el Porsche 911 del equipo Manthey.

  1. De Vries/Conway/Kobayashi (Toyota)
  2. Estre/Lotterer/Vanthoor (Porsche)
  3. Campbell/Christensen/Makowiecki (Porsche)
  4. Fuoco/Nielsen/Molina (Ferrari)
  5. Buemi/Hartley/Hirakawa/ (Toyota)
  6. Van Der Linde/Frinjs/Rast (BMW)
  7. Calado/Giovinazzi/Pier Guidi (Ferrari)
  8. Kubica/Shwartzman/Ye (Ferrari)
  9. Jensen/Muller/Vergne (Peugeot)
  10. Bamber/Lynn/Bourdais (Cadillac)
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