El Rayo y el Villarreal empataron (1-1) este domingo en Vallecas en un duelo que dejó en los locales la sensación de haber desaprovechado una buena ocasión para lograr un triunfo con el que dar un golpe en la mesa y en los locales la de que existe un amplio margen de mejora para llegar a escenificar la que se entiende como su versión óptima.
Después de perder y ofrecer una pobre imagen en Atenas ante Panthinaikos, el Villarreal de Pacheta volvió a ponerse el mono de trabajo de LaLiga con la intención de sumar puntos que le acerquen a la zona de la tabla en la que quiere instalarse, pero lo hizo sin la solvencia necesaria y evidenciando carencias que alejan al equipo de los puestos europeos.
No obstante, con Dani Parejo como jefe de operaciones el Villarreal llevó la iniciativa en el juego mediante el balón y gracias a ello logró adelantarse en el marcador en el 15'. Lo hizo Sorloth, que mandó a la red un buen servicio de Álex Baena desde la banda izquierda después de que Alberto Moreno hubiese habilitado a éste con un buen pase largo. Pero la alegría del conjunto 'groguet' duró apenas un minuto, porque cuando se reanudó el juego un balón largo de Unai López que no supo controlar Raúl De Tomás acabó cazándolo Kike Pérez para hacerle una vaselina a Jorgensen ante la incapacidad de la defensa del Villarreal a la hora de desbaratar el peligro.
Con las dos jugadas mencionadas quedó establecido en el luminoso un 1-1 que ya no se movería pese a que restaba más de una hora por jugarse. Pudo hacerlo Gerard Moreno (41'), pero su remate se estrelló en la madera. También Trigueros (69'), pero se negó Dimitrievski. Y tampoco lo hizo Trejo (74'), cuyo disparo desde la frontal se marchó desviado por poco. Ni siquiera el hecho de que Alberto Moreno fuese expulsado por doble amarilla en el 77' hizo que el Rayo diese el paso al frente para desequilibrar la balanza. Así que el duelo finalizó 1-1, con la mala noticia adicional para el Villarreal en forma de lesión de Álex Baena. No pinta bien. Ni la lesión ni, por ahora, este Villarreal del que se espera mucho más. Tiene deberes por hacer, al igual que un Rayo que, si quiere luchar por algo más que la permanencia, no puede permitir acabar un partido con un jugador más que el rival sin cosechar el triunfo.
