Partido realmente especial para poner el broche de oro a la campaña en la élite del deporte rey en Alemania. La razón era más que evidente: la celebración de la final de la DFB Pokal, torneo que trataría de revalidar el RB Leipzig. Un club que, sin ir más lejos, ha certificado su presencia para la próxima edición de la Champions (vía Bundesliga). Pasando al bando del Eintracht de Frankfurt, tenía una ocasión de oro para sumar un título a sus vitrinas.
Marco Rose se presentaría de entrada con Janis Blaswich, cancerbero que sería el encargado de intentar echar el cerrojo a sus dominios durante la contienda. En cuanto a su entramado defensivo, quedaría resguardado a las mil maravillas por Benjamin Henrichs, Lukas Klostermann, Willi Orbán y Marcel Halstenberg. Konrad Laimer y Amadou Haidara darían estabilidad a la medular, al tiempo que Dani Olmo, Dominik Szoboszlai y Christopher Nkunku se asociarían con Timo Werner.
Los zarpazos de Nkunku y Szoboszlai
En cuanto a Oliver Glasner, quien se despedía del banquillo del campeón de la Europa League 2021-2022, se decantaría por Kevin Trapp como su arquero titular. El sistema de tres centrales estaría integrado por Tuta, Makoto Hasebe y Evan N’Dicka, buscando la profundidad por los costados con Aurélio Buta y Philipp Max. Además, tanto Sebastian Rode como Djibril Sow tratarían de surtir de balones a Daichi Kamada, Mario Götze y Randal Kolo Muani.
La primera gran ocasión del choque llegaría en las botas de un Kolo Muani que figura en el radar de los colosos del Viejo Continente. Las tropas de Rose llevaban la iniciativa con la posesión del cuero, pero sin crear demasiado peligro. Pasando al bando del Eintracht, su plan de partido consistía en hacer daño con transiciones rápidas. Olmo se asomaría por el área rival en el segundo acto, aunque sería Nkunku el que rompería la paridad en el Estadio Olímpico de Berlín (1 – 0). Finalmente, el Leipzig revalidaría su corona gracias a la sentencia de Szoboszlai (2 – 0).
