Los ecos de la apoteósica despedida de Roger Federer el pasado viernes aún resuenan en el O2 Arena de Londres, donde permanece el suizo como integrante del Equipo Europa en la Laver Cup. Después del encuentro de dobles de este domingo, que acabó con derrota de Berrettini y Murray ante Felix Auger-Aliassime y Jack Sock, Federer atendió a Barbara Schett y Todd Woodbridge, comentaristas de Eurosport. Entre otras cosas, reveló un par de “pequeños detalles” que le llamaron la atención antes de jugar con Rafa Nadal contra Sock y Frances Tiafoe. “Fueron únicos. El sorteo lo hizo Stefan Edberg, mi gran ídolo; y al lado de Rafa estuvo Carlos Moyá, que ahora es su entrenador, y fue el primer top-10 al que gané, en 1999; además, fue la última vez que mi equipo me deseo buena suerte… Todo muy emotivo, y aun así fui capaz de disfrutar”.
“Fue un viernes muy agradable, bonito. Fue muy bueno volver a una pista de tenis. Gran estadio, gran público y al final todo, obviamente, estuvo en su lugar, supongo, para ser capaz de decir adiós. Estaba la familia, los amigos, el equipo, los aficionados, tenis, todo, el espíritu, los rivales, fue maravilloso…”, añadió Roger, con los recuerdos de esa jornada a flor de piel. “Para mí fue un momento muy especial, un día especial, y lo que más recordaré son las caras, los abrazos, las cosas que fui capaz de decirle a los chicos, una última vez. Lo que significo para mí, lo que les desee a ellos. Y en un momento dado, vi a Novak, también muy emocionado, y a Andy completamente ido. Me vinieron momentos de nuestras carreras que se iban, de muchos años”, afirmó.
Federer habló sobre los momentos previos a su último encuentro, cuando disfrutó junto con Rafa Nadal del partido que disputaban Murray y De Miñaur, mientras comían algo: “Antes de jugar, estábamos distraídos por el partido anterior. Lo que nos ha pasado miles de veces. Viendo a alguien a jugar, como un gran aficionado, apoyando al equipo de Europa. Así no pensaba en que había tenido mi último entrenamiento antes de mi último partido”.
