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Arly Velásquez, el mariachi mexicano del esquí

EFE | 10 Marzo 2022 | 09:12

Arly Velásquez afronta en Pekín sus cuartos Juegos Paralímpicos y es la máxima referencia de los deportes de invierno de México, un país del que se siente orgulloso y del que pasea sus orígenes con un sombrero de mariachi como el que lució en la ceremonia de inauguración y que viaja con él por todo el mundo.

Arly Velásquez nació en Cancún, en el estado de Quintana Roo en 1988, pero a raíz del divorcio de sus padres se fue a los seis años a Ciudad de México con su madre. La gran ciudad fue un descubrimiento para él y pronto se adaptó a ella, pese a la enorme diferencia de densidad de población entre la capital y su ciudad de origen.

Su primer deporte fue el ciclismo de montaña, pero a los 13 años, cuando era campeón juvenil y competía contra chicos de hasta 19 años, se rompió la espalda en una competición en Canadá y quedó en silla de ruedas.

Tres años de rehabilitación intensa, con ocho horas de terapia y mucho trabajo psicológico, le permitieron aclimatarse a su nueva vida, en la que los deportes adaptados iban a tener un gran protagonismo.

Su tía, la campeona paralímpica de baloncesto Carmen Peñaloza, le ayudó a conocer el deporte paralímpico. Primero natación y luego baloncesto, pero él quería alguno que pudiera hacerse al aire libre y no en lugares cubiertos.

Siete años después de tener el accidente llegó al esquí alpino en el mismo sitio donde ocurrió. Vendió todas sus cosas, compró una camioneta vieja en la frontera y se fue conduciendo catorce horas a Park City. Ahí comenzó su nueva aventura en la nieve, un paisaje radicalmente distinto del que le ofrece Ciudad de México.

Sus entrenamientos los desarrolla en muchos lugares del mundo. México no tiene un equipo oficial y no suele ir a la montaña con otros compañeros, aunque sí aprovecha las invitaciones de algunas selecciones para entrenar. "Me tengo que organizar yo con todo. Soy mi mánager, mi asistente administrativo, mi representante de marketing. Soy todo yo", confiesa.

Su progresión en los deportes de invierno, con un motoski de fibra de carbono diseñado junto a un amigo con tutoriales de internet, le permitió ir compitiendo y obteniendo resultados en pruebas internacionales y encadenar participaciones en Juegos Paralímpicos.

Estos de Pekín son los cuartos Juegos de Velásquez, puesto que ya estuvo en Vancouver 2010, Sochi 2014 y PyeongChang 2018.

"Pensé que después de la pandemia las cosas serían muy diferentes, pero acabar teniendo la oportunidad de venir a China y representar a mi país de nuevo es súper inspirador", dijo Velásquez, tras la ceremonia de inauguración.

"Si no fuera por mi terquedad de seguir compitiendo, empujando, retándome en la montaña, la representación mexicana no estaría aquí. Me encanta y puedo decir que es increíble volver a saborear el ambiente de unos Juegos", declara desde Pekín el deportista mexicano.

En Pekín su participación no ha sido buena. En la prueba de eslalon gigante sentado tuvo un par de incidentes con las puertas intermedias y se cayó antes de finalizar la carrera, no pudiendo repetir el undécimo puesto logrado en Sochi en supergigante, su mejor resultado.

Fuera de las pistas de esquí, el tiempo en este último ciclo deportivo lo ha repartido Arly Velásquez en dar charlas de superación y en un pequeño proyecto empresarial llamado 'Panuino', que fabrica y vende pan cien por cien orgánico elaborado con masa madre. 

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