Con idea nueva, una dinámica diferente, mentalidad renovada y unas ganas por mostrar de qué están hechos, el Atlético de San Luis se metía a la cancha del Azteca con todo que ganar ante unas Águilas en etapa crítica. Ganar o ganar era la misión para ambos en el Azteca, donde la ilusión potosina ensombreció el horizonte de un América que pronto quedó en medio de la tempestad.
Aguardando la llegada de Jardine, el Atleti se plantó sin especular en el terreno visitante. El futbol pasó por los pies del Sambu que desde el arranque ya se encargaba de romper líneas; al 4, Rubens puso un balón el área, donde tras una peinada llegó Chávez para obligar a Ochoa a mostrar sus reflejos con un cabezazo al centro de la portería.
América no tenía capacidad de respuesta al desparpajo potosino, a su alegría y la convicción mostrada desde la postura. En la jugada siguiente, apareció Unai Bilbao con un bonito cabezazo que venció a Paco Memo para el 1-0 al 6. El Coloso de Santa Úrsula se sumía en silencio, mientras el ánimo crecía en el cuadro rojiblanco.
Como si fueran 'viejos recuerdos', la camiseta rojiblanca hizo temblar al Ame. Al 17, Juanma Sanabria le ganó el balón a Silva, se fue ante Ochoa y ponía el 2-0, pero el VAR detuvo la emoción por una falta del charrúa. San Luis avisaba y no había respuesta azulcrema con todo y sus refuerzos de lujo como Meré y Juan Otero.
El Atlético aprovechó la desesperación de los de Solari, retrasaron líneas, cedieron el balón y dejaron que ellos se hicieran cargo de la propuesta. Balones sin sentido al área, centro a las manos de Barovero y hasta algunos conatos de bronca evidenciaban que el Ame no la pasaba bien.
En la segunda parte, San Luis lo liquidó en un instante. Al 52, se combinó el tridente charrúa para un contragolpe perfecto. Waller inició la jugada con un pase filtrado, Sanabria siempre atento recogió el balón, entró solo y ante la salida de Ochoa se la dejó a Abel Hernández que con toda calma hacía su primer gol en el futbol mexicano.
Y al 60, llegó la cereza del pastel; entraron solitos en el área Abel y Berte. El uruguayo se la cedió a Berte que la puso al fondo para el 3-0 y empezar la fiesta de un Atleti que demostró que tienen con qué. Todavía a 75, Roger vendió una falta para provocar un penal, pero el VAR corrigió la decisión. Al 89 apareció Roger, pero solo para maquillar el marcar cuando ya jugaban con 10, por la expulsión de Layún. El Ame no perdió el orgullo y al 91, Henry puso el 3-2.
Un triunfo para el recuerdo, una demostración de que hay con qué creer y que el resto del torneo la ilusión no debe desaparecer. Lo dije el Muñe Gallardo dirigiendo a River: 'Crean, porque tienen con qué creer'.
