Se acabó la espera, el renovado San Luis se presentaba ante su gente en el regreso de la Liga MX, con sus nuevos refuerzos, la nueva idea futbolística y una propuesta diferente buscando trascender. El momento de dar el paso al frente iniciaba ante los Tuzos del Pachuca que con nuevo DT, buscaron plantar cara al local en un duelo con acento rioplantense en banquillos y chancha.
Con el Sambu e Iniestra de titulares, San Luis no echó en falta a los jugadores contagiados de COVID y muy pronto el 10 comenzó a hacer de las suyas. No se notaron los 37 años, encaró, cubrió el balón, repartió juego y dio la pausa que necesitaba la ofensiva, sin embargo, la conexión con Berte se hacía esperar.
Tuzos era paciente, siguió el 'manual' de Guillermo Almada y se hizo con el balón pronto, lo pasearon por campo con comodidad y beneplácito del San Luis, que apostó al contragolpe para hacer daño. Fue hasta el 29 cuando llegó la más clara; Waller hizo una jugada individual al más puro estilo de Enzo Francescoli en River. Se llevó por velocidad a su marca, encaró con regate al último hombre en el área, pero su remate se fue desviado. Levantó aplausos, pero no el marcador.
El duelo era muy peleado en el medio sector, San Luis ponía buena defensa en su trinchera y solo un disparo de media distancia al travesaño por parte de Erick Sanchez, pudo inquietar al 'Trapito' que tenía una noche tranquila.
Pero en la segunda mitad pasó una de esas historias que da el futbol. Unai falló en un despeje, Romario entró por derecha y le puso un 'bombón' a Nico Ibañez que marcaba el 1-0 al 60. 'Para que a cuña apriete, debe ser del mismo palo' y San Luis vivió en carne propia la letalidad de su ex goleador. Eso sí, el delantero se disculpó y aplaudió a la afición que siempre lo vitoreó.
El gol noqueó al San Luis que buscó soluciones al frente con la entrad de Vombergar, pero todo se quedó en tímidos acercamientos al arco tuvo. Pachuca, satisfecho con el trabajo, se dedicó a jugar con la desesperación de un Atlético que quiso y no pudo.
Al 92, Nico completó su doblete desde el manchón penal ante un sonoro abucheo, más de desesperación que de coraje real. Una derrota que dejará muchas lecciones, pero un ambiente promisorio de cara al futuro donde los auriazules tienen un techo muy alto para seguir creciendo.
