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Ocampos rescata al Sevilla de las garras blanquiverdes

MARCA | 01 Diciembre 2021 | 15:18

El Sevilla tuvo que desgastarse 120 minutos para superar la primera ronda de la Copa del Rey frente a un Córdoba que enseñó a toda España que las distancias en el fútbol no lo son tanto y que con una idea ambiciosa de juego y voluntad se puede llegar donde se quiera. Fue mejor en el primer periodo y aguantó como pudo en el segundo. Lopetegui tuvo que meter a todos sus hombres de confianza para tratar de resolver un pleito que se fue a la prórroga. En el primer cuarto de hora extra, el Sevilla, con Papu Gómez de director de orquesta, tuvo mucha llegada. Felipe evitó el 0-1 varias veces. Al inicio del segundo periodo, un balón largo sobre Ocampos, como una eliminatoria contra el Leganés el pasado año en la misma situación, terminó con gol del argentino en una buena maniobra. Sudó sangre el Sevilla para pasar la primera ronda. La magia de la Copa.

El Córdoba no lleva la dinámica en su grupo de la Segunda RFEF y en la temporada en general por simple casualidad. Tiene una propuesta de juego muy atractiva, presionando a todo campo y atacando de forma vertical, que añadido esto a la confianza de sus hombres, puede desbaratar un sistema defensivo tan férreo y consistente como el sevillista, más en una noche donde Lopetegui apostó por la segunda línea de su plantilla. Al menos de inicio, ya que los sustos del equipo blanquiverde en el primer periodo pusieron alerta al entrenador del Sevilla. Y es que casi en el primer ataque, entre los exsevillistas Casas y Simo se fabricaron una primera ocasión, que desbarató Dmitrovic saliendo a los pies del marroquí y el propio extremo cordobesista no supo si controlar o disparar. Un primer aviso.

El Sevilla sólo salía con claridad cuando Óliver Torres cogía el mando. Ni Delaney, que fue sustituido por un mareo antes de que finalizase el primer periodo, ni Óscar dieron empaque al equipo por dentro. Otra muestra más que el de Talavera no tiene sitio en este Sevilla y con este sistema. Numerosas pérdidas en la salida, justo lo que no perdona un entrenador. Arriba es distinto. En la cocina del juego, todo termina ardiendo. Por eso mismo, el Córdoba se empeñaba en que los centrocampistas rivales no se diesen la vuelta. Así llegó la mejor oportunidad local. Robó, pase a Simo en la banda izquierda y, tras varios recortes destreza individual, su pase lo remató Puga a gol. Sacó la mano arriba Dmitrovic.

Le tocaría contestar al Sevilla. Primero lo intentó Idrissi desde lejos, para que Iván Romero desperdiciara el mejor acercamiento, con una definición pegada al poste. Munir también tuvo un cabezazo. Un pobre bagaje. Lopetegui no lo veía nada claro. Algo tenía que cambiar de su equipo en el descanso. El entrenador metía a Diego Carlos y Ocampos. Y durante unos minutos el dominio y las llegadas sevillistas fueron constantes, aunque sin tener opciones realmente claras. Porque el Córdoba regresó al partido, tras 15 minutos de dudas, para llegar al momento clave de la noche completamente dentro del encuentro. Incluso Willy Ledesma pudo hacer el 1-0 en un error imperdonable en la salida del Sevilla. El Sevilla se sentía contra las cuerdas y Lopetegui sacó a Rafa Mir y al Papu Gómez. Tenía ya un equipo parecido al que asombró en el Bernabéu. Ocampos tuvo una buena llegada, con regate incluido dentro del área. Se lo taponaron. Se terminaba el tiempo. Y tanto. A la prórroga.

Ocampos, definitivo

Lopetegui quemó las naves sacando a Koundé. Quería al equipo arriba y su defensa de garantías para las contras. Llegadas sin descanso del equipo de Primera, con el Papu comandando los ataques. Felipe lo sacaba todo. El Sevilla se veía impotente. Cualquier error lo mandaba a la lona. Y los penaltis estaban cada vez más cerca, una lotería a la que no deseaba llegar. La grada blanquiverde cantaba el famoso "Sí se puede". Sería en el segundo periodo del tiempo añadido donde Ocampos hiciese sonreír a los 700 sevillistas desplazados. Un balón en largo, que le gana Ocampos a su lateral, lo trata de controlar ante la salida del portero, que se come el amago, y el argentino anotaba a puerta vacía. El Córdoba lo intentaría sin fuerzas. Se defendió el Sevilla, que pasa de ronda con sufrimiento. La Copa exige. Y si es desde primera hora, más se valora.

 

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