Luego de seis partidos, el San Luis volvió a caer en el torneo. Santos le propinó una goliza en su casa, que la hizo sentir verdaderamente como del terror ajeno.

Golazos y espectáculo no faltaron.

Fue al once, cuando después de la presión asfixiante que ejercían las laguneras, cayó el gol. Alexxandra Ramírez aprovechó la descoordinación en la zaga central potosina, robó el balón y de larga distancia sacó un potente derechazo que se incrustó en el ángulo, ante la estirada de Stefi Jiménez.

Santos no aflojaba y dos minutos después cayó el segundo. Cinthya Peraza hacía casi una calca del primero: desde afuera del área sacó sendo zapatazo que clareó a Jiménez y el campanazo anunciaba la pelota al fondo de las redes.

El Atlético mostraba amor propio y con riñones se hacía del balón, aunque estérilmente. Al 34, el tercero en la frente de las dirigidas por Jesús Padrón llegaba. Alexia Nayeli convertía desde los once pasos.

Y como Cuco Sánchez que alguna vez se preguntó “¿adónde está el orgullo?, ¿adónde está el coraje?”, los aficionados potosinos hacían lo mismo, tras las exhibiciones pasadas. Y Rebeca Villuendas llegó para contestar al cuestionamiento.

Un golazo de antología, los de la casa, pues, se mandó para descontar en el marcador. La capitana auriazul sacó el coraje y cobró un tiro libre incrustándolo en la horquilla, con el lance de la guardameta para decorar el hermoso gol.

A partir de ahí, al vaivén en el campo fluyó y las potosinas, aunque con arrojo, no pudieron hacerse presentes de nueva cuenta en el marcador. Y así, el San Luis, dejando una grata cara en el torneo, una que nunca se da por muerta y que el orgullo siempre va por delante, se va despidiendo del torneo; se va a dormir, soñando con un despertar que le haga justicia.