El Alfonso Lastras no pesa. De siete partidos disputados en casa este torneo, el San Luis solamente ha ganado uno, al Tijuana, último lugar de la competencia. De ocho partidos jugados de local el torneo anterior, el Atlético solamente ganó dos.
En el 2021, casi siete meses pasaron para que el San Luis volviera a ganar en el Lastras. Ganó contra Santos el 18 de febrero y volvió a ganar en su estadio hasta el 16 de septiembre.
Desde su ascenso en 2019, de 38 partidos disputados en casa, ha perdido 20, ha empatado 10 y solamente en ocho ocasiones ha logrado sacar la victoria. Es el equipo que más puntos ha perdido de local en los últimos cinco torneos.
El torneo en el que registró más derrotas en su cancha fue el Apertura 2019, en donde en seis ocasiones, de nueve, cayó. Solamente ganó una vez en aquel torneo y el Lastras fue vetado por dos partidos, debido a una dantesca bronca en la Jornada 14 contra seguidores del Querétaro, en el ridículamente llamado “Clásico” de la 57.
En el actual torneo el San Luis ha perdido cuatro encuentros, de siete compromisos en suelo potosino. A los dirigidos por Marcelo Méndez les resta un partido en casa contra Rayados, amén de los juegos de visita contra Pachuca y, finalmente, Santos, en donde se jugarán su clasificación al repechaje por la Liguilla.
Diversión ajena, terror local…
Dejando de lado el tema deportivo, ya que como dicen: “el futbol es lo más importante de lo menos importante”, recientemente el recinto potosino se ha convertido en sinónimo de violencia.
Y es que en dos de los últimos tres partidos jugados en el Alfonso Lastras, contra Tigres y América, en donde se ha registrado un sobrecupo a la capacidad permitida, la violencia ha sido la nota principal. Botellazos, pedradas, palazos, golpes, detonaciones, heridos y detenidos traspasan la intrascendencia del futbol y amenazan y alejan a los verdaderos aficionados del equipo, que, como se debe, asisten al estadio a divertirse.
El Lastras da miedo, tanto a su principal huésped como a sus invitados en las gradas.
